Los pueblos fantasmas de Argentina guardan historias del pasado, donde la vida y el abandono se mezclan. En el Norte Argentino, uno de ellos destaca por su historia y su nombre extraño.
La historia de este lugar sigue despertando la fascinación de quienes viajan a intentar descubrir el misterio de este pequeño pueblo.
La Casualidad, el pueblo fantasma ubicado a más de 500 kilómetros de la capital de Salta, fue una localidad creada en 1951 para albergar a los trabajadores de una mina azufrera.
Su nombre curioso contrasta con la riqueza de su historia. En su apogeo, el pueblo era un centro próspero donde se trataba el azufre extraído de Chile, transportado a través de un cable de carril que atravesaba la Cordillera de los Andes.
Con una escuela, un hotel, confiterías y hasta un cine y un teatro, La Casualidad llegó a ser un lugar vibrante y lleno de vida.
Fue fundado en 1951 para albergar a los trabajadores de una mina azufrera que trataba azufre extraído de Chile. (Foto: Youtube)
Sin embargo, el auge fue efímero: con la disminución de la demanda de azufre y los cambios económicos globales, la mina cerró en la década de 1970, dejando atrás un pueblo que, hoy en día, es solo un recuerdo deshabitado.
El pueblo, aunque abandonado y saqueado, sigue siendo un destino fascinante para los amantes del turismo alternativo. Caminar por sus calles desiertas y explorar sus edificios permite imaginar la vida de sus antiguos habitantes.
La Casualidad es un lugar lleno de historia y misterio, ideal para quienes buscan adentrarse en la atmósfera de un auténtico pueblo fantasma argentino.
El pueblo es famoso por sus edificios desiertos, como la iglesia, las casas, la escuela y el cementerio, que se pueden explorar. (Foto: Google Maps)
El acceso a La Casualidad es un desafío que recompensa a los aventureros dispuestos a explorar este pueblo fantasma. Para llegar desde Salta Capital, hay que tomar la Ruta Nacional 51 hacia el Paso de Sico, luego seguir por la Ruta Provincial 27 hacia Tolar Grande.
En el camino, se cruzan los salares de Pocitos, del Diablo y de Arizaro. Después de pasar la estación abandonada de Caipe, a pocos kilómetros, se llega al misterioso pueblo de La Casualidad.
