Wuhan (China), finales de 2019. Una persona se infecta SARS-CoV-2 después de consumir carne de un animal (un perro mapache y no un pangolín, según las últimas evidencias) en el mercado húmedo de Huanan, donde se vendían animales vivos para su consumo. Cinco años después, esta teoría sigue siendo la más probable sobre la génesis de la pandemia mundial de covid, frente a otras menos plausibles que afirmaban que fue originada por un accidente de laboratorio.
Panzi, Kinshasa, (República Democrática del Congo -RDC-), finales de octubre de 2024. La autoridades sanitarias de la RDC informan a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la alerta por un brote infeccioso de origen desconocido que, hasta la fecha, ha afectado a unas 400 personas y causado más de 80 muertos en nueve áreas sanitarias.
Esta enfermedad- bautizada como "enfermedad X" o "de origen desconocido"- provoca dolor de cabeza, tos, fiebre, dificultad para respirar y anemia. En el caso de la anemia aún no se sabe si está provocada por la propia infección o si la enfermedad se presenta acompañada de un cuadro de anemia.
Lo que sí se sabe con claridad es que la mayor parte de afectados son los niños. El ministro de Sanidad congoleño, Roger Kamba Mulamba, detalló hace unos días que el 40% de los enfermos detectados son menores de 5 años. De los 27 primeros fallecidos en centros sanitarios, 21 tenían menos de 10 años.
Aunque su origen sigue siendo un misterio, ya se han avanzado algunas evidencias. Por ejemplo, la OMS reveló esta semana que 10 de las 12 muestras del brote dieron positivo en malaria, lo que podría indicar que se trata de un agravamiento por una enfermedad viral asociada a la malaria.
Otra hipótesis plantea que, entre los dos escenarios descritos, el de Wuhan y el de RDC, podría haber un nexo en común: la transmisión zoonótica, de animal a humano, por medio de un vector viral. En el primer caso, el consumo de carne del citado perro mapache, que se vendía en el mercado de Huanan y, en el segundo, por el de carne de animales silvestres.
Y es que se sabe que los procesos que intervienen en la adquisición, comercialización, preparación y consumo de carne de animales silvestres plantean riesgos significativos para la aparición de enfermedades infecciosas zoonóticas.
Así lo muestra un reciente estudio colaborativo internacional del Royal Belgian Institute of Natural Sciences (Universidad de Amberes) el Instituto de Medicina Tropical de Amberes, la Universidad de Kisangani (RDC) y el Centro de Vigilancia de la Biodiversidad de RDC.
Los investigadores analizaron la relación entre el brote de "enfermedad X" y el consumo de carne silvestre como posible vector de transmisión viral, e identificaron 15 cepas virales pertenecientes a 8 familias diferentes en la carne de animales silvestres que se consumen en esa zona: arteriviridae, hepadnaviridae, orthoherpesviridae, picobirnaviridae, picornaviridae, retroviridae, sedoreoviridae y spinareoviridae.
Igualmente, se produjo la primera detección de orthohepadnavirus en el mamífero hyrax arborícola. Se identificaron también diversos virus en el civet africano y otros genéticamente relacionados con patógenos zoonóticos conocidos, como picobirnavirus humano, virus espumosos de simios y rotavirus A1.
En opinión de Estanislao Nistal, virólogo, investigador y profesor de Inmunología de la Universidad San Pablo- CEU, "es probable que sea alguno de los virus de la lista, aunque hay que tener en cuenta que no son los más comunes y, desde luego, no tienen una tasa de mortalidad tan elevada. Además, el consumo de carne como tal tendría alguna sintomatología gástrica, y no hay ningún síntoma gástrico entre los cuatro síntomas claves del brote, que son dolor de cabeza, tos, fiebre y dificultad para respirar".