Cada año, el fraude con tarjetas de crédito es un problema que afecta tanto a consumidores como a instituciones financieras. Aunque las compras online representan la mayoría de estos incidentes, alrededor del 20% de los fraudes ocurren en establecimientos físicos. Por esta razón, es fundamental adoptar medidas de seguridad que ayuden a prevenir estas situaciones.
Al realizar pagos con tarjeta de crédito en locales físicos, es crucial estar atentos para evitar posibles intentos de clonación o cobros indebidos. Para ello, se aconseja:
Si utilizas el móvil como medio de pago, disfrutarás de mayores niveles de seguridad gracias a las características tecnológicas de estos dispositivos. Los patrones, claves PIN y sistemas biométricos, como la detección facial o la huella dactilar, dificultan el acceso de terceros en caso de robo. Sin embargo, no es invulnerable y se deben tomar precauciones adicionales como:
Internet es un terreno fértil para el fraude con tarjetas de crédito debido a la cantidad de datos sensibles que se manejan en cada transacción. Para minimizar los riesgos debes:
La rapidez es clave ante un caso de fraude. Según la normativa, el banco solo está obligado a cubrir los gastos superiores a 50 euros realizados antes de que se notifique la pérdida o el robo. Sin embargo, una vez que se solicita la cancelación de la tarjeta, el banco debe asumir el total de los gastos no autorizados.
Si detectas movimientos sospechosos en tu cuenta, informa de inmediato a tu banco, solicita la cancelación de la tarjeta afectada y, si es necesario, denuncia el incidente ante las autoridades.