Johana Rivera Godínez lleva casi tres años a la espera de saber qué sucedió con su hijo Andy Stiphen Cubillo Rivera, quien desapareció en Parrita, Puntarenas, el 22 de julio de 2022. Hoy tendría 26 años. Para su madre, ya no hay dudas: “La tumba lo está esperando”, asegura con profunda tristeza.
La mujer no pierde la esperanza de ubicar al menos los restos de su hijo. Incluso, mandó a construir una tumba en el cementerio de Parrita, esperando el día en que pueda darle un último adiós. “No hay día en que no llore por él”, confesó, al hablar de este tiempo de angustia e incertidumbre.
Sin embargo, este miércoles, un enorme avance en la pesquisa luego de meses sin resultados, le dio una luz de esperanza a doña Johana.
Ese día, las autoridades judiciales detuvieron a dos sujetos de 29 y 21 años, vinculados con un intento de homicidio ocurrido el 10 de diciembre en Parrita. Al parecer, ambos hombres retuvieron a un tercero y lo golpearon severamente con la intención de quitarle la vida, no obstante, la víctima logró huir y pedir ayuda.
Al revisar las calidades de los aprehendidos, la Policía logró asociar al hombre de 29 años, cuya identidad no fue revelada, con el caso de Andy, pues se estima que él es el principal sospechoso de retenerlo y causarle la muerte.
Este individuo quedó a las órdenes del Ministerio Público, para que solicite medidas cautelares y continúe con las investigaciones sobre los delitos que se le atribuyen.
Este avance, aunque positivo, revive los años de dolor de doña Johana. Ella no olvida detalles de las últimas horas de su hijo, quien fue visto por última vez por su pareja sentimental. Al muchacho lo habían invitado a una fiesta en una casa, pero nunca salió de allí.
“Hubo vecinos que contaron que él lloraba, que gritaba, que pedía auxilio. Una persona que estuvo ahí vio cuando lo golpeaban, pero se asustó y se fue”, relató la madre.
Posteriormente, algunos lugareños informaron que Andy habría sido desmembrado y sus restos arrojados a un tanque séptico. La Policía allanó la vivienda señalada y halló rastros de sangre que, tras ser analizados, se confirmó que correspondían con el joven desaparecido.
Ronny León, subjefe del OIJ en Quepos, detalló a La Nación en febrero anterior que, aunque todas las líneas de investigación se agotaron inicialmente, el caso sigue abierto.
“A pesar de que hemos recibido informaciones, estas se han verificado y, hasta la fecha, seguimos sin ubicar el cuerpo”, mencionó.
“Hemos intentado localizar, en caso de que sea el caso, el cuerpo del muchacho, pero no hemos encontrado ni restos óseos, ni nada que pueda confirmar si estamos frente a un homicidio”, acotó el agente, quien hasta ese momento señaló que, aunque no habían nuevos indicios, el expediente seguía abierto.
En el operativo reciente donde detuvieron a dos individuos, las autoridades confiscaron objetos, incluidos teléfonos celulares, que podrían proporcionar pistas clave para esclarecer el caso. Sin embargo, doña Johana procura ser realista.
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“Cuesta mucho que tres años después encuentren algo en un teléfono, pero quiero que si se sabe algo, nos digan dónde está Andy. Yo moriré con la esperanza de llevarlo al cementerio”, expresó.
La madre de Andy también expresó su preocupación por la posibilidad de que el caso quede impune. “Algunas veces me han dicho que sin el cuerpo no hay delito”, lamentó. A pesar de esto, confía en que las autoridades puedan usar las pruebas recabadas para avanzar en el proceso.
“Aquí ya han hecho procedimientos de casos donde no se encuentra el cuerpo, como el caso de esta chiquita, Keibril”, destacó en referencia al caso recientemente juzgado en Cartago.
Doña Johana también agradeció el esfuerzo del jefe del OIJ local por mantener viva la investigación, pues muchas personas le han asegurado que el expediente puede quedarse ahí, sin resolver nada.
Este viernes, la Fiscalía de Quepos y Parrita confirmó que los dos detenidos el miércoles quedaron con medidas cautelares distintas a la prisión preventiva. Entre ellas, mantener un domicilio fijo, no acercarse a las partes del proceso a menos de 300 metros, no comunicarse con ellas y el impedimento de salida del país, medidas que regirán por tres meses mientras se avanza en la recolección de pruebas. La pesquisa por la nueva retención se analiza bajo la causa 24-000489-0457-PE.
Antes de 2023, Parrita solía registrar cinco homicidios anuales, pero el año pasado triplicó la cifra, cerrando con 17 casos, y en 2024 registra un nuevo récord con 22 homicidios cuando faltan 16 días para que finalice el año.
Este cantón posee más de 48 kilómetros de playa y una población aproximada de 20.000 habitantes, además de una población flotante de alrededor de 5.000 personas, en su mayoría extranjeros que trabajan en construcción y agricultura, incluyendo la producción de palma, banano, arroz, sandía y otros cultivos.
En los últimos años, su ubicación en la zona costera y turística, con acceso a vías marítimas, ha facilitado el tráfico de drogas, lo que ha generado la mayoría de los asesinatos por disputas entre bandas, una situación similar a la de cantones como Quepos, Garabito y Puntarenas.
