Hacer dieta, como tal, hace mucho tiempo que en España sabemos que se ha convertido en una medida obsoleta y poco eficaz para quitarnos esos kilos de más, y mantener una salud razonable. No en vano, más del 90 por ciento de las personas que llevan a cabo una dieta estricta, del tipo que sea, acaban recuperando (y aumentando en muchos casos) su peso inicial.
Mucho más razonable y efectivo es mantener una serie de hábitos saludables pero también reales, que nos ayuden a darle sentido a nuestro estilo de vida, y que podamos mantener en el tiempo. De todas las medidas posibles que podemos adoptar, la nutricionista Melyssa Chang deja claro en su cuenta de Instagram, @melyssachang_nutricion que lo más aconsejable es la personalización, porque no a todos nos funcionan las mismas cosas.
De las cuatro rutinas que Melyssa Chang recomienda para mantener una alimentación saludable, la más importante consiste en intentar personalizar lo que comemos, puesto que todos somos diferentes, por genética, complexión, apetito, y por las circunstancias de nuestra vida, y no pueden valer las verdades absolutas para todos por igual. Se hacen pues imprescindibles los matices.
Existen una serie de verdades a medias en nutrición, que en ocasiones incluso pueden llegar a ser mentiras directamente, que debemos aprender a dejar en el olvido para avanzar en una alimentación correcta, para conseguir un estado de bienestar que se mantenga en el tiempo.
Por eso, en primer lugar, la nutricionista aconseja que busquemos asesoramiento en un experto que nos ayude a encontrar cuáles son realmente nuestras necesidades de alimentación, puesto que comemos varias veces al día pero nadie nos ha enseñado cómo debemos hacerlo de una forma equilibrada. Lo que para algunos puede ser acertado, a otros quizá les perjudique, puesto que entran en juego un montón de factores ajenos a nuestra voluntad.
Por todo ello, es importante si queremos modificar nuestros hábitos, dejarnos asesorar (al menos al principio, sentar unas bases) por un nutricionista que nos ayude a saber lo que debemos comer, cómo, con qué frecuencia y de qué manera para conseguir resultados óptimos y ganar en salud.
Otro punto importante a tener en cuenta según la experta es el que hace referencia a las señales que a cada uno le proporciona su organismo. La nutricionista explica en sus redes sociales que «tu cuerpo es sabio, y debes conocer cuáles son tus verdaderas señales de hambre; de esa manera, comerás solamente lo que necesitas».
Y añade: «Tú no puedes compararte con nadie: eres una persona única, con tu propio metabolismo individualizado, tu genética, tu sistema hormonal, tu microbiota, tu gasto basal»… por eso es tan importante establecer un plan que se adapte a las necesidades de cada uno.
La actividad física es una premisa beneficiosa y necesaria en sí misma, y no la ‘excusa’ para poder comer todo lo que quieras. El orden de los factores, en este caso, sí altera el producto; es decir, «el ejercicio físico nunca puede ser una moneda de cambio por la comida que ingerimos».
Con esta afirmación, Chang quiere dejar claro que el orden correcto es que nos alimentamos para poder ejercitar nuestro cuerpo, para tener la energía necesaria para ‘aguantar’ el deporte, y no al revés: no hacemos esfuerzos deportivos para luego comer.
Alimentos saludables como las verduras de todo tipo siempre son una excelente idea en la cocina, y tenemos que intentar por todos los medios disfrutar de su ingesta, echándole imaginación a la forma en la que las presentamos en la mesa para que nos apetezca más comerlas cada día.
Como explica Melyssa Chang, «las verduras siempre son bienvenidas y es mejor comerlas con satisfacción que odiándolas. Es absolutamente normal que no nos guste comer un brócoli al vapor así tal cual; por eso sugiero que probemos a hacer combinaciones nuevas. Y si necesitamos salsa para acompañarlo, podemos añadirla porque significa que eso es lo sano para nosotros».
