Poco más de tres minutos le duró Drakkar Klose a Joel Álvarez en el UFC Tampa, dejando a los aficionados, que apoyaban al luchador local, con ganas de más. Klose logró llevar al suelo al gijonés, pero se recuperó y después logró conectar una serie de golpes que llevaron a su oponente a la reja y que fueron letales para él.
Así, Joel firma su victoria número 22, todas por finalización, una cifra espectacular. Él mismo dio la clave: “Soy español, joder. Somos así de naturaleza”, dijo, escapándosele una sonrisa. “Muchas gracias por todo el apoyo. Esta victoria es para mi mujer y mi hija, que me esperan en casa. Voy para allá, chicas”, aseguró también. Ahora se tomará un tiempo de descanso mientras se plantea subir de categoría y pasar del ligero al wélter.
Joel, al que apodan “El Fenómeno”, es de Gijón de un “barrio, barrio”, como afirmó en una entrevista con LA RAZÓN. Si tenía afición por la lucha, veía combates de artes marciales mixtas en Youtube, pero nunca lo había practicado. «Un amigo canario estando en Gijón me dijo que le apetecía entrenar, que si conocía un gimnasio. Le acompañé y nos moló», rememora. Empezó a luchar tarde, con 18 años, pero ha hecho carrera y se ha hecho un nombre, ahora que tiene 31. «Es un deporte, sin más, el más antiguo del mundo junto al atletismo. Muy técnico. Tienes que estar preparado en todo tipo de arte marcial y deporte físico. Tenemos mucho respeto entre los deportistas y la agresividad en las peleas, nada más», defiende una disciplina siempre polémica. «Hay reglas, árbitro, tienes a los médicos a puerta de jaula... Está todo muy controlado», prosigue. En su cuerpo están tatuadas las iniciales de sus abuelos, que son los que le “criaron”, las palabras “fuerza” y “honor” y la fecha de su primera pelea profesional». «Al fin y al cabo que te den un puñetazo forma parte de tu día a día, es una tontería que te den un puñetazo en la cara», explica con naturalidad. Esta vez el que los recibió principalmente fue Drakkar Klose.
