Desde el detalle sobre cómo está la relación con Junts –de qué están hablando y sobre lo qué pueden pactar–, hasta las advertencias a Vox respecto a las consecuencias de poner piedras en el camino a los gobiernos autonómicos del PP. También cuestiona la buena marcha de la economía española y deja el futuro político de Carlos Mazón en manos de cómo salga la reconstrucción.
Puigdemont se queja de que el presidente del Gobierno le engaña. Eso, de ser así, es bueno para el conjunto de los españoles, ¿no? Implica menos cesiones.
Sánchez estuvo varios años «cambiando de opinión» y ahora ya, simplemente, se ha instalado en la mentira. Actualmente es Puigdemont el que dice que lo sufre, pero antes fuimos todos los españoles a los que prometió que jamás aprobaría una ley de amnistía que va contra el Derecho Europeo y que el Tribunal Supremo impugnó ante el Tribunal Constitucional, porque vulnera la Carta Magna. No creo que pueda haber mayor cesión que esa. La pregunta es si los españoles tienen que aguantar una legislatura así, que Sánchez inició vendiendo la dignidad y la igualdad de los españoles y que cada semana tiene un nuevo precio. La gente no se merece esta decadencia.
Esto no invalida la queja de Puigdemont de que Sánchez le mintió, incluso con la amnistía: y si cumplir lo pactado es ceder, ¿no cabe concluir que incumplir es no ceder?
El presidente del Gobierno dijo que la amnistía no tenía ningún reproche legal, y mintió. El presidente se comprometió a ejecutar la transferencia de la inmigración, y volvió a mentir porque el control de fronteras y las competencias en extranjería son exclusivas del Estado. A sus barones les dijo en el Congreso Federal que aceptaba un sistema multilateral de financiación, y a Puigdemont le ha prometido el cupo. Es que ha sido capaz de pactar con un partido la consolidación del impuesto a las energéticas el mismo día que pacta con otro que lo derogará. Estamos en manos de un presidente del Gobierno que miente por norma, siempre y a todo el mundo.
¿Para qué cree que el Gobierno ha acudido a reunirse de nuevo con Puigdemont en Suiza?
Seguro que la reunión de Suiza se preparó mejor que la Conferencia de Presidentes. Habrá ido a negociar nuevas cesiones que pagaremos el conjunto de los ciudadanos con nuestros impuestos. El independentismo le ha puesto un nuevo precio y Sánchez lo volverá a pagar con la cartera de todos.
¿Qué relación tiene en estos momentos con Junts?
Analizar si hay margen de acuerdos en el Congreso y en el Senado que vayan a favor del interés general de los españoles, sobre todo en materia fiscal y económica, donde sí hemos coincidido en varias ocasiones. Por ejemplo, hemos coincidido en rebajar el precio de la electricidad para las familias, las pymes y las industrias en más de 1.000 millones. Esperemos que el Gobierno no lo bloquee.
¿Hay también margen de acuerdo con las enmiendas que han presentado al pacto fiscal?
Si pensamos en el interés de los ciudadanos, desde luego. Hablamos del plan fiscal más ambicioso para los jóvenes que empiezan a trabajar, con exenciones o bonificaciones en el pago del impuesto de la renta o de eliminar impuestos para los afectados por las riadas de Valencia, por poner algunos ejemplos. Otra cosa es que Junts se deje llevar por otros intereses distintos a los de la gente que queremos beneficiar con estas decisiones. Eso ya no depende de mí.
Entonces, entiendo que hay una aproximación que puede acabar materializándose en la votación final del Congreso y que esto desbarate el acuerdo inicial con los socios sobre el plan fiscal.
Si todos somos coherentes con nuestro programa, sí.
¿Ese acercamiento fiscal y económico puede ser la base para llegar a más acuerdos en otras materias con Junts y con el PNV?
Si son fieles a su programa y a sus votantes, como le he dicho antes, sí. Cuestión distinta es que cambien la fidelidad a sus principios históricos y la coherencia por la conveniencia de sus dirigentes o por el mantenimiento de sus gobiernos, como en el caso, por ejemplo, de Euskadi.
Ya que menciona al PNV, no se mueven de la posición de que con Vox no van a ninguna parte.
Yo nunca he pedido el voto para Vox, sino para el PP.
Pero con Vox.
Aquí hay que dejarse ya de excusas. ¿Usted quiere que siga Pedro Sánchez? ¿Usted quiere convertirse en su satélite o en cómplice de sus desmanes? ¿O usted quiere un cambio de gobierno en nuestro país, que haya una nueva política económica, una política industrial y una nueva política fiscal? ¿Apoyamos el respeto a las instituciones? ¿Quieren un presidente honesto y un Gobierno que no esté en los juzgados? Hay que elegir, y yo respeto la decisión y los intereses de cada uno. Pero que no engañen: el cambio lo representa el PP.
Si está esperando que los casos judicializados hagan mella en el apoyo de los socios a Sánchez, no parece que vaya por ahí la cosa.
Sé lo que puedo esperar de cada uno, créame. Tan solo recuerdo que en 2018, por una línea de una sentencia, corregida posteriormente por el Tribunal Supremo, los nacionalistas votaron a favor de una moción de censura a un Gobierno del PP, el del presidente Rajoy.
Había una sentencia de condena, y luego hubo otras contra el PP «como partícipe a título lucrativo» de los beneficios de la trama Gürtel.
Que no era firme porque faltaba el recurso ante el Tribunal Supremo. Y entonces no estaba imputado ningún ministro ni estaba implicada la mujer del presidente ni su entorno. Ahora parece que algunos se han vuelto mucho menos exigentes con la corrupción, y que miran para otro lado con el Gobierno más afectado por escándalos de toda la historia de la democracia. Allá ellos, pero creo que eso se acabará pagando en la calle. Frente a este Gobierno acosado por la corrupción, el PP ofrece más democracia, más honestidad y más prosperidad. Y que la crónica política de España deje de ser la crónica de tribunales de los periódicos. El resto de los partidos tendrán que elegir entre ser cómplices de la corrupción o no. Es su decisión.
¿Qué se debería cambiar para que el partido que está afectado por casos de corrupción no coloque siempre a los jueces en el centro de la diana?
La forma más simple de que la Justicia salga de la vida política es que la política no malverse, como presuntamente se ha hecho, el dinero de los españoles. Mientras tanto, yo pediría al presidente del Gobierno que sea un poco más responsable y no comprometa la separación de poderes. Los jueces no tienen la culpa de tener que investigar los presuntos delitos del entorno, del gobierno y del partido del presidente. Y está obligado a dejarles trabajar sin presiones. Por lo demás, está hablando de falta de independencia judicial quien nombró a una ministra fiscal general del Estado; a un ministro y a un exalto cargo de Moncloa como magistrados del Tribunal Constitucional. Y hombre, quien parece que juega con las cartas marcadas es la Fiscalía General del Estado. Sería para reírse si no estuviéramos hablando de algo gravísimo.
Cabe también interpretar que lo que está denunciando el presidente es que hay una sinergia entre algunos jueces, algunas acusaciones particulares personadas en los procesos y la derecha. Y que hay filtraciones que así, según él, lo prueban.
Mire, todo esto responde a una campaña que lo que busca es crear un clima de opinión favorable a la idea de que hay una supuesta persecución judicial contra ellos. También lo sostuvo cuando escribió la famosa carta y mire todo lo que se ha sabido desde entonces. La realidad es que está bajo investigación el entorno más cercano al presidente y el núcleo duro del Gobierno porque hay indicios de delito: su mujer, el hermano, el número dos del Partido Socialista, el asesor, varios ministros del Gobierno…
¿Cómo se puede sostener que esto es una persecución de los jueces con ese listado de personas señaladas por investigaciones policiales y judiciales? Y le insisto, nosotros fuimos desalojados del poder a través de una moción de censura, después de ganar unas elecciones, y por una sentencia judicial que luego fue enmendada por el Supremo. Pues bien, ahora resulta que estamos ante el presidente de Gobierno más cercado por la corrupción de la historia democrática y el supuesto problema es que hay una campaña de acoso judicial. En el fondo todo responde a una operación de populismo de manual. Es una gran operación de descrédito de los jueces para conseguir la impunidad para el Gobierno y para el PSOE, de tal manera que los jueces no se atrevan a investigarles ni a condenarles.
Puede que sean manzanas podridas dentro del cesto, como dijo Esperanza Aguirre cuando el PP de Madrid también estaba cercado por los casos de corrupción.
El PP de Madrid ya pagó el coste de aquella época y no me siento nada orgulloso de lo que sucedió entonces, que pagamos, y con creces, en las urnas. Ni voy a defender jamás los comportamientos reprochables que hubo en mi partido en el pasado ni pienso minimizar los que afectan al PSOE hoy. Tenemos a un juez que toma declaración al presidente del Gobierno y sale con dos querellas, que anula la Audiencia Provincial de Madrid y no pasa nada. La mujer del presidente del Gobierno también le pone otra querella al juez, que también es anulada, y tampoco pasa nada. Hay un empresario que ha estado en la cárcel y que ha hecho denuncias gravísimas, y al que la Fiscalía Anticorrupción da credibilidad porque le ha dejado en la calle. Y tampoco pasa nada. Para mí, todas estas cosas deben tener consecuencias.
¿Da categoría de verdad a todo lo que dice Aldama?
Hay un procedimiento abierto y hay que esperar a ver. Pero sí le ha dado credibilidad la Fiscalía para tomar la decisión de decretar su puesta en libertad porque está colaborando con la Justicia. Y lo que es evidente es que al presidente le queda por delante todo un vía crucis en los juzgados: Ábalos, Aldama, su mujer, la asesora de Moncloa, nueve imputados en Badajoz, incluido su hermano, y luego todo lo que tiene que ver con el fiscal general del Estado y sus filtraciones políticas con el objetivo de hacer daño a la presidenta madrileña. Cada día es una estación del vía crucis para el presidente. Él debe pensar que en España no hay vida inteligente, que no sabemos distinguir la verdad de la mentira, y mi objetivo es que la verdad se imponga.
Con lo que usted dice que está pasando, ¿qué más hace falta para que presente una moción de censura contra el presidente Sánchez?
Cuatro votos.
¿Eso quiere decir que, pase lo que pase, no la presentará mientras no consiga esos cuatro votos?
Hoy no los tengo.
Le pregunto por el futuro, si puede llegar un momento en que, aun no teniendo esos votos, censure al Gobierno y presente un programa alternativo.
He sido muy claro al respecto. La moción de censura es tan necesaria como inviable en este momento.
¿Apoyará la cuestión de confianza de Junts si llega a votarse?
Está por ver que el PSOE permita a la Mesa del Congreso tramitarla. Creo que es una herramienta política de corto recorrido, pero hace tiempo que pienso que Sánchez debe transparentar la situación en la que estamos. Si en esa proposición no se incluye ninguna condición ajena, no veo ningún motivo para no apoyarla.
Por cierto, ¿está de acuerdo con Ayuso en que todos los presidentes autonómicos deben rechazar la condonación de la deuda, salvo Mazón, por lo que tiene que ver con la DANA? Le pregunto por el resultado de la última Conferencia de Presidentes.
Los presidentes autonómicos deben sentarse todos juntos para ver cómo equilibramos las cuentas, lo que nos cuestan hoy los servicios públicos y los ingresos que necesitamos. Y qué reformas tenemos que hacer para garantizar la solidaridad y la igualdad en la prestación de esos servicios públicos. El actual sistema de financiación viene del pacto de Zapatero con el tripartito catalán: lo redactaron los mismos que ahora dicen que es tan malo. Evidentemente, hay que actualizarlo, pero no romperlo para favorecer todavía más a una parte. Y por supuesto la situación de Valencia, incomparable a la de ninguna comunidad por el golpe histórico que han recibido, debe tenerse en cuenta. En cuanto a los demás asuntos de la Conferencia de Presidentes, el resultado es muy decepcionante.
Junts se queja de que el 55% de las inversiones presupuestadas no están ejecutadas.
Eso es verdad, es una queja que yo comparto. Y si usted compara los porcentajes de ejecución de los gobiernos de Rajoy y de los gobiernos de Sánchez, el mayor porcentaje de falta de ejecución de inversión es también de la etapa de Pedro Sánchez. Si las inversiones del Estado en las comunidades se pintan, pero luego no se ejecutan, se está engañando a la gente.
Entonces, de nuevo estaríamos ante otro ejemplo en el que se cae ese argumento de que Sánchez se ha vendido en todo al independentismo.
Esto no tiene nada que ver con ceder o venderse al independentismo, sino con la capacidad de mentir de Pedro Sánchez. Pero no se puede engañar a todos al mismo tiempo, llega un momento en el que la mentira te acaba engullendo.
Al menos Illa ha devuelto a la Generalitat a los foros multilaterales. Hay normalidad en la relación de la Generalitat con la Corona. ¿No me dirá que esto tampoco lo ve positivo?
Lo define muy bien Alejandro Fernández con su teoría del yerno ideal. Pero más allá de las formas, que sin duda son más aparentes, la realidad es que Illa consiguió su investidura a cambio de mantener a centenares de cargos de ERC en puestos públicos, de aceptar el modelo separatista de financiación, de blindar la exclusión del castellano como lengua vehicular… El PSOE en Cataluña ha asumido buena parte de esta agenda y lo único que ha logrado es que ahora el independentismo ni siquiera necesita estar en la Generalitat para avanzar en sus objetivos.
¿No ve nada positivo al «cambio» en la Generalitat?
Mientras el independentismo lo siga condicionando todo en Cataluña y en España, creo que no se puede hablar de cambio.
¿Tampoco ve nada positivo en que «The Economist» haya elegido a España como la mejor economía del mundo?
El presidente ha vuelto a manipular y, además, en sede parlamentaria. Dicha publicación dice que se debe a las reformas adoptadas por Mariano Rajoy, así que supongo que el Gobierno la habrá vuelto a clasificar en el grupo de los medios de la fachosfera. Bromas aparte, los datos macroeconómicos acompañan porque Europa ha ralentizado su crecimiento. Pero yo no pienso caer en el triunfalismo porque el poder adquisitivo de las familias ha caído drásticamente, hemos perdido 5 puntos de convergencia en renta per cápita con el resto de la Unión desde 2018; y lo más preocupante de todo, las bolsas de pobreza están en niveles récord. Somos el país de la Unión con más porcentaje de población en riesgo de exclusión y el segundo en pobreza infantil, solo por delante de Rumanía.
Por otro lado, cabe preguntarse que, si todo va tan bien, por qué la deuda pública sigue creciendo, por qué pagamos más impuestos que nunca y nos los quieren subir más y por qué el Gobierno ha tenido que presentar un plan de ajuste en Bruselas.
Que el PIB crezca un 3,5%, solo superado por Israel y Grecia, y muy por delante de las debilitadas Alemania o Italia, ¿no es algo a celebrar? Sin crecimiento no hay empleo ni margen para mejorar en los demás parámetros de los que habla.
Si lo ve en términos de renta per cápita, estamos mucho peor. Si lo ve en términos de incremento de deuda pública, estamos mucho peor. Si lo miramos en términos de pobreza, también estamos mucho peor. Si usted ve la macroeconomía agregada en términos de crecimiento económico del país, entonces estamos mejor. Pero lo importante de la economía es el poder adquisitivo de las familias, la renta per cápita de los ciudadanos que conforman la nación y los porcentajes de pobreza del país. Ese empleo que se ha creado es empleo ficticio, hoy tenemos 30.000 jóvenes más en paro de los que había en 2018.
¿Y usted cómo corregiría esa imagen tan mala con la que dibuja la economía española?
Vamos a devolver a España la confianza en sus gobernantes, sus instituciones y sus posibilidades. Tenemos el Gobierno que más impuestos acumula de la historia y nadie sabe bien para qué. No lo saben las empresas y tampoco las familias, que sufren para llegar a fin de mes mientras escuchan presumir a los recaudadores de su esfuerzo. La prosperidad de la nación no se mide por el bienestar económico de su Gobierno, sino por el de los ciudadanos. Ese debe ser el punto de partida para cambiar lo que no está llegando ahora a los hogares.
Por cierto, ¿cree que habrá Presupuestos del 25?
En mi opinión, no lo sabe nadie.
También las comunidades del PP parece que van a tener serios problemas para sacar sus Presupuestos. ¿Es partidario de que vayan a elecciones si no consiguen aprobarlos o es mejor que cedan en algo en la negociación con Vox? Aunque esto sería seguir ese mismo modelo de Sánchez con sus socios que tanto critican.
Espero que Vox no se comporte como el sanchismo y tenga la madurez suficiente para dar a los españoles el mensaje de estabilidad y serenidad que necesitan en un momento político como el que estamos viviendo. De momento, solo se han iniciado seriamente las negociaciones en Baleares.
¿Y ahí deben ir a elecciones o ceder en alguna cuestión?
La presidenta Prohens ya ha dicho que volverá a presentar unas cuentas en enero o febrero para intentar sacar adelante el presupuesto.
Y si no sale adelante, ¿elecciones?
Vox tendrá que decidir si está o no con los gobiernos del cambio. En Baleares, la mayoría votó para que no gobierne el PSOE. Y en estos momentos la gente tiene que saber cuál es la posición de cada uno, y las órdenes que se transmiten desde las direcciones nacionales en función de no sé qué intereses particulares. A partir del próximo trimestre veremos qué posición adopta cada uno y si se confirman las actuales sensaciones.
¿Cuáles son?
Que Vox quiere hacer oposición a la oposición, cuando nosotros lo que queremos es hacer oposición a Sánchez. La mayoría de los españoles quiere que Sánchez se vaya. Si todos esos españoles que en las últimas elecciones generales eligieron una papeleta para que Sánchez se fuera, hubiesen apoyado a una sola lista, nos habrían sobrado escaños para gobernar. Los partidos que pedimos un voto para cambiar a Sánchez tenemos la gran responsabilidad de llevar a buen término el cambio político en España. Este es mi objetivo, concretar el cambio político, y si otros partidos no tienen ese objetivo, deben saberlo sus votantes. Nosotros sabemos cuáles son nuestras responsabilidades.
¿Entre sus responsabilidades no está también anteponer a su competencia con Vox la necesidad de dar una solución al problema humanitario de los migrantes que desbordan ahora mismo los centros de acogida en Canarias?
Precisamente por anteponer esa responsabilidad hemos perdido la estabilidad en cinco Gobiernos autonómicos. Dicho esto, tal y como está gestionando el Gobierno la inmigración, a día de hoy la situación es insostenible. El PP ha sido constructivo y hay un documento que vincula a 14 comunidades, pero que el Gobierno prefiere ignorar.
Sánchez cree que gestionar la inmigración es repartir los que llegan y se acabó el problema, pero no es así. Las competencias en materia de inmigración, de extranjería y de control de fronteras son exclusivas del Gobierno de España. Y tiene que gestionarlas. Hay que llegar a acuerdos con los países de origen a través de acuerdos de cooperación para evitar el éxodo, y esto también es obligación del Gobierno.
Hay que luchar contra las mafias que trafican con seres humanos y pedir ayuda a Frontex, que es la Agencia de Control de Fronteras, como hacen el resto de los países para evitar que las mafias entren en aguas jurisdiccionales de Canarias. ¿Me puede alguien explicar por qué los aviones de Frontex tienen prohibido volar en el espacio de Canarias? Hay que poner recursos porque las comunidades no tienen que pagar la incompetencia del Gobierno. El Gobierno central está utilizando a Canarias y a los menores de Canarias como rehenes de su incapacidad en política migratoria. Ahora mismo debería estar dando asilo político a los más de mil menores de Mali a los que les corresponde recibirlo.
¿Mazón tiene su confianza para ser el próximo candidato a la Presidencia de la Generalitat?
Tiene que tener la de los valencianos y él mismo ha vinculado su futuro al proceso de reconstrucción. Quien no puede disponer de la confianza de los afectados es Sánchez. Ya nadie discute que el Gobierno de la Nación estuvo ausente ante la mayor catástrofe natural que ha habido en nuestro país. Nadie va a olvidar lo que ha pasado: el Gobierno incumplió con sus obligaciones ante una emergencia nacional, incumplió también con sus obligaciones en las obras del Barranco del Poyo y mantuvo horas de apagón informativo por parte de la Confederación Hidrográfica, sin pasar información de los caudales que se estaban registrando en ese barranco porque estaban preocupados, y con razón, ante la amenaza de la ruptura de la presa.
Tampoco van a olvidar la gestión de Mazón. Allí en Valencia lo dicen incluso en su partido, y se lo trasladarán a usted, supongo. Que el nivel de desgaste no tiene marcha atrás.
Mazón es el único político que ha asumido responsabilidades mientras que el presidente del Gobierno ha ascendido a todos los que fallaron. A la responsable de la Confederación Hidrográfica del Júcar, ausente en toda la crisis, la ha elevado a la Vicepresidencia de la Comisión Europea. A la delegada del Gobierno la ha nombrado miembro del Comité Ejecutivo del Partido Socialista. El único que ha asumido sus competencias es el presidente Mazón y, si no cumple con su compromiso con la reconstrucción de las zonas afectadas, no será el candidato del PP. Es evidente que tenemos que acreditar a los valencianos nuestra capacidad de gestionar de manera eficiente la recuperación de todas las zonas afectadas.
Y si no, Mazón a casa.
Si no cumple su compromiso, él mismo ha dicho que se irá.
Por último, quería preguntarle también por la Corona. Por esa imagen que se está trasladando de que no hay conexión entre Moncloa y Casa Real.
No haré ni diré nada que pueda perjudicar a la jefatura del Estado. Pero sí quiero subrayar que el hecho de que el presidente del Gobierno dejase solo al Rey en Paiporta es un comportamiento insólito y poco leal hacia la jefatura del Estado.
Se marchó por seguridad, según explicó Moncloa.
¿Necesita más seguridad el presidente del Gobierno que el jefe del Estado? Su obligación era permanecer al lado del Rey, y no hay excusa para lo que hizo. Tanto es así, que después se tuvo que inventar una diciendo que eran ataques de ultras.
¿El Partido Popular se sumará el próximo año a los actos que convoque el Gobierno con motivo de los 50 años de la muerte de Franco y la llegada de la democracia?
El problema actual de España no es Franco, es Sánchez. Pueden desenterrar a Franco cien veces, pero eso no va a desimputar ni a su mujer, ni a su hermano, ni a toda la trama de su partido y su Gobierno. Sánchez mira al pasado porque no quiere que se vea el presente y no le queda futuro.