En 1979, el PSOE acuñó para su centenario el lema de 'Cien años de honradez', al que los comunistas añadieron la vitriólica coletilla «…y cuarenta de vacaciones» para significar el escaso papel del partido de Pablo Iglesias en la lucha clandestina contra el régimen franquista. En efecto, el PCE había sido desde la posguerra el claro líder de la resistencia a costa de sufrir en sus filas una fuerte persecución represiva. Tras la renovación generacional de Suresnes, Felipe González y Alfonso Guerra supieron intuir que el surgimiento de una clase media iba a provocar la necesidad de una izquierda moderada capaz de representarla cuando el inminente final de la dictadura desembocara en el tránsito a la democracia. El diagnóstico resultó...
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