Investigadores del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) utilizan tecnología de irradiación para prolongar la vida útil de alimentos y productos médicos. Este avance promete mejorar la seguridad alimentaria en el país.
Ubicado en Carabayllo, el Centro Nuclear "Óscar Miró Quesada de la Guerra" (Racso) se dedica a la investigación y aplicación de la radiación ionizante. A través de este proceso, se busca eliminar microorganismos dañinos y mejorar la calidad de los productos.
La especialista Mónica Vivanco explica que la irradiación es segura y efectiva para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos, lo que garantiza un consumo más seguro. “El proceso de irradiación en el caso de los alimentos, la dosis no supera los 10 kGy, es una dosis media de irradiación de alimentos, que se utiliza para reducir el contenido de microorganismos dañinos y patógenos”, dijo a la agencia Andina.
El proceso de irradiación se realiza en una sala equipada con el Gammacell 220 excel, un dispositivo que utiliza cobalto 60 como fuente radiactiva. Este equipo permite irradiar alimentos, semillas y productos médicos, asegurando que se mantengan libres de contaminantes.
La dosis de irradiación para alimentos no supera los 10 kGy, lo que es suficiente para eliminar microorganismos sin comprometer la calidad nutricional. En el caso de productos médicos, las dosis pueden variar entre 15 kGy y 50 kGy, dependiendo del tipo de producto a esterilizar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda el uso de la irradiación, afirmando que no hace que los alimentos sean radiactivos ni altera su sabor o textura. Este proceso es fundamental para prevenir enfermedades como Salmonella y E. coli, garantizando así la seguridad alimentaria.
Además, la irradiación permite que los alimentos tengan una vida útil más prolongada, lo que resulta beneficioso para los agroexportadores. Al reducir la velocidad de maduración, los productos pueden llegar en mejores condiciones a su destino.
La irradiación también se aplica en semillas, utilizando dosis bajas de menos de 1 kGy. Este método busca inducir mutaciones que mejoren las características de las plantas, como su resistencia al cambio climático. Los agrónomos observan resultados positivos en las generaciones posteriores de las plantas irradiadas.
Asimismo, la irradiación se utiliza para eliminar insectos y gorgojos en granos y semillas, asegurando que los productos agrícolas se mantengan en óptimas condiciones durante su almacenamiento y transporte.