Pocos lo saben, pero la historia del panetón en Perú como lo conocemos hoy comenzó en la década de 1950 con la llegada de Motta, una emblemática marca italiana. En un principio, la receta original no lograba conquistar el gusto del mercado peruano, lo que llevó a la empresa a realizar modificaciones acordes al paladar local. Para este desafío, contaron con el respaldo del propio Angelo Motta, su visionario fundador. Su influencia marcó un antes y después en la aceptación de este dulce navideño, que rápidamente ganó un espacio en la mesa de los peruanos.
Actualmente, el Perú es el segundo mayor consumidor de panetón en el mundo, superado solo por Italia. Con el tiempo se ha convertido en una tradición que se consume no solo en festividades. En el 2009, Motta fue adquirida por Nestlé y fortaleció su presencia en el país, fusionándose con marcas icónicas como D’Onofrio para liderar un mercado competitivo que sigue creciendo con cada Navidad.
Angelo Motta, nacido en Gessate, Italia, en 1890, transformó un dulce tradicional milanés en un fenómeno global. Desde su repostería fundada en 1919, logró expandir la producción de panettone a niveles industriales, asociándolo con la Navidad e introduciendo estrategias innovadoras de marketing que lo convirtieron en un símbolo festivo.
De acuerdo a la presidenta de la Asociación de descendientes italianos en Perú, Vanessa Mendoza, fue tras la llegada del los inmigrantes italianos que se introdujo este dulce al país a principios del siglo XX. En ese entonces, su consumo era limitado y se restringía a comunidades especializadas en zonas como La Punta y el centro de Lima. No fue hasta la década de 1950, con la llegada de la marca italiana Motta y el trabajo de visionarios como Mario Rovegno, cuando el panetón logró conquistar a los peruanos.
Motta perfeccionó la receta original, ajustándola al gusto local, mientras que Rovegno apostó por ingredientes de alta calidad y técnicas tradicionales que resaltaban la frescura del producto. Esta mezcla de autenticidad y atención a los detalles convirtió al panetón en un símbolo indispensable de la Navidad peruana, posicionándolo como uno de los dulces más queridos del país.
Hoy, el Perú es uno de los mayores consumidores de panetón en el mundo. Con más de 40 millones de unidades vendidas anualmente, el dulce sigue siendo un elemento central en las mesas navideñas peruanas, consolidando el legado iniciado por Motta y sus descendientes.