Algo bueno que tienen las redes sociales es que sirven como baremo para medir determinados temas. Una
entrevista a priori inofensiva, que busca criticar lo que parece ser una injusticia, da un giro de 180 grados y
hace que el protagonista pase de 'víctima' a 'verdugo'. Eso es lo que ocurrió este viernes en Twitter.
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