Sí, vergüenza, hartazgo y hasta asco, al ver el espectáculo que está dando la política española. Esta vergonzosa actualidad es el fruto de la democracia liberal, satánica y perversa, instituida con la aprobación de la nueva Iglesia Católica, mundanizada, secularizada y desacralizada, con la Divina Eucaristía de mano en mano. Por supuesto, no son todos iguales, pero sí muchos de los que mandan, porque el mal está dentro.