Recién llegada de Nepal, la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada ha disfrutado junto al televisivo aventurero Jesús Calleja de uno de los planes más bonitos de su vida. «Llevaba mucho tiempo sin ir a Asia y creo que se aprende muchísimo y su cultura es interesantísima. Katmandú me entusiasmó, sobre todo una ceremonia de los muertos , los lavan y luego los queman y echan los restos al río y la gente se tira al agua para buscar joyas o dientes de oro que tienen los cadáveres. Todo esto rodeada de cientos de monos, toros y perros abandonados», explica emocionada. De allí se marchó a México y Nueva York para presenciar sendos desfiles de su última y colorida colección. Fuera de nuestras fronteras la diseñadora arrasa según ella «porque voy mucho y sobre todo en Latinoamérica se lee mucho el ¡Hola! y verte en persona y compartir tiempo les fascina, por nada más». En una semana presenta dos libros. Uno de fotografía en el que Javier Salas hace un recorrido por la trayectoria vital y profesional de Ágatha , excusa perfecta para celebrar la inauguración de su nueva tienda en el madrileño Barrio de Salamanca. Y 'Todo por un plan' (Esfera de los Libros), una continuación de su exitosa biografía: «La importancia de los planes en mi vida es una herencia familiar, una enfermedad como otra cualquiera. Hay gente que le gustan las joyas, a mí no. Hay gente que le gusta ir al gimnasio y a mí no . Lo mío son los planes (ríe)». Para ella un plan puede ser desde ir a un funeral a un viaje de trabajo o leer un buen libro. «La mayoría son buenos aunque hay algunos malos pero en general soy bastante optimista. Hace poco vine de Badajoz en tren y tarde como ocho horas sin cafetería ni nada. Ese fue un plan horrible. Este año Renfe me está dando muy malos ratos con los retrasos. Aún así, recomiendo muchísimo apuntarse a planes porque es el mejor antidepresivo que existe », recomienda. Acaba de ver el documental del caso Nevenka en Netflix y el último libro que ha caido en sus manos 'Quiero y no puedo. Una historia de los pijos de España'. «La portada es muy bonita pero destila mucho odio. Me nombra tres o cuatro veces pero con rabia aunque no me afecta. Y es que quien piense que yo soy una pija que venga Dios y lo vea …( ríe)». En 'Todo por un plan', Ágatha hace un recorrido por eventos que han marcado su vida, desde conocer al emperador de Japón, a los príncipes de Kent o al Papa, pasando por las finales en Wimbledon o Roland Garros y numerosas fiestas de requetemultimillonarios en diferentes lugares del mundo. Una pasión que ha inculcado a sus hijos Tristán y Cósima, sobre todo a esta última que ya le gana en cantidad y calidad de planes. Por eso no es de extrañar que Ágatha pase más de la mitad del año por las nubes volando de un lado a otro: «Tuve una temporada espantosa en la que cada vez que subía al avión pensaba que me moría . Si me duermo en el avión, sueño y pienso que el avión se cae, con lo cual prefiero no dormirme y llego reventada a los sitios». La última persona que le ha impresionado ha sido Javier Milei, el presidente de Argentina al que tuvo la suerte de conocer hacer unos meses. Desde su visita a la Quinta de Olivos ambos hablan con frecuencia y han entablado una buena amistad: «La verdad es que me sorprendió porque es superdotado y muy divertido. Aunque ahora llama más a Elon Musk, porque son muy amigos. Estoy deseando que me lo presenten porque yo soy muy de Tesla , de los coches electricos…Seguro que nos llevamos bien». Estas Navidades las pasará en casa de dos amigas porque la suya todavia no esta a punto tras la reforma. Ese es un de sus deseos para el 2025. «Tengo previstas unas exposiciones importantísimas, muchos viajes a Latinoamerica y el sueño de tener mi nueva tienda-estudio inaugurada y mi casa acabada. Esta época esta siendo desesperante porque no tengo luz, ni sofás, ni lavabos… Estoy lavando la ropa en casa de una amiga» confiesa resignada.
