La cooperación científica y tecnológica entre China y Estados Unidos da un nuevo paso con la renovación del acuerdo que ambas naciones firmaron originalmente en 1979. Este pacto, extendido ahora por cinco años más, representa un esfuerzo por estabilizar relaciones en un momento marcado por tensiones comerciales y restricciones en sectores clave como los semiconductores. Según el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China, la renovación demuestra el compromiso de ambas potencias mundiales por mantener y profundizar los intercambios y la colaboración en el sector tecnológico.
Este histórico acuerdo, firmado originalmente por el líder chino Deng Xiaoping y el entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, ha sido un pilar en las relaciones bilaterales, el cual facilitó los intercambios científicos y tecnológicos esenciales. A pesar de las recientes restricciones impuestas por Washington a las exportaciones de tecnología avanzada, ambas potencias acordaron introducir nuevas disposiciones que refuerzan la seguridad tecnológica y la protección de propiedad intelectual, según un alto funcionario estadounidense.
El acuerdo de cooperación científica y tecnológica entre China y Estados Unidos abarca áreas clave como ciencia fundamental, tecnología avanzada, medioambiente, salud, biotecnología, exploración espacial y agricultura. Desde su inicio en 1979, ha promovido la innovación mediante investigaciones conjuntas, intercambio de científicos y desarrollo de tecnologías en sectores estratégicos como la inteligencia artificial, computación cuántica y energías renovables.
Además, incluye proyectos relacionados con cambio climático, seguridad alimentaria y exploración espacial, fortaleciendo la colaboración bilateral en temas cruciales para el desarrollo global. Para Wang Peng, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de Beijing, la decisión de renovar este acuerdo "envía una señal positiva y profunda para la cooperación tecnológica global".
PUEDES VER: Estas son las 5 peores ciudades para vivir en América Latina, según último ranking de The Economist
China y Estados Unidos están inmersos en una creciente disputa sobre las restricciones a las exportaciones de semiconductores. Estados Unidos ha impuesto limitaciones severas a la venta de tecnología avanzada a China, particularmente en semiconductores, con el fin de frenar su avance en sectores clave como la inteligencia artificial y la defensa. Estos bloqueos podrían costar a EE. UU. más de 3.400 millones de dólares anuales, lo que afectaría principalmente a su industria tecnológica, que depende de estos componentes para la fabricación de dispositivos electrónicos y vehículos eléctricos.
En respuesta, China ha intensificado sus medidas contra las exportaciones de minerales esenciales para la producción de semiconductores, lo que agrava aún más las tensiones comerciales y geopolíticas entre ambas naciones. Este conflicto amenaza además el flujo global de recursos y podría reconfigurar las cadenas de suministro internacionales.
