Nueva York, tradicionalmente reconocida como una Ciudad Santuario, podría experimentar cambios importantes en sus políticas migratorias bajo la dirección de Eric Adams. El alcalde ha expresado su intención de modificar diversas leyes clave que restringen la cooperación entre las autoridades locales y las agencias federales, como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Según Adams, estas reformas buscan hacer frente a la crisis migratoria y fortalecer la seguridad pública.
La propuesta del alcalde llega en un momento en que Nueva York enfrenta un creciente flujo de inmigrantes, lo que ha puesto a prueba los recursos de la ciudad. Con estas medidas, Adams busca facilitar la deportación de inmigrantes indocumentados con antecedentes penales, marcando un cambio en la histórica política de protección que Nueva York ha ofrecido a las comunidades migrantes. Sin embargo, estas iniciativas han generado un intenso debate sobre el equilibrio entre la seguridad y los derechos humanos.
Las leyes específicas que Eric Adams busca modificar en Nueva York no han sido detalladas en su totalidad, pero los cambios propuestos están enfocados en ajustar las políticas de "ciudad santuario" para facilitar la cooperación con las autoridades federales en temas migratorios. A continuación, se enumeran los posibles enfoques o áreas clave que podrían estar incluidas:
Estas propuestas son controvertidas y han generado un intenso debate, ya que impactarían a la comunidad inmigrante en una ciudad tradicionalmente considerada un refugio seguro.
Adams ha argumentado que la seguridad pública está en riesgo debido a las limitaciones de las actuales políticas de Ciudad Santuario. Según el alcalde, estas leyes impiden que la policía local y las agencias federales trabajen en conjunto para deportar a inmigrantes indocumentados que representan una amenaza para la comunidad. Al flexibilizar estas normativas, Adams espera frenar el aumento de delitos graves vinculados a individuos sin estatus migratorio regular.
Además, el alcalde ha señalado que la creciente crisis migratoria ha desbordado los recursos de la ciudad, desde los albergues hasta los servicios sociales. Para Adams, revisar las leyes santuario es una forma de aliviar esta presión, enfocándose en proteger a los inmigrantes que respetan la ley y contribuyen a la sociedad, mientras se toman medidas contra aquellos que no cumplen con estos criterios.
El alcalde de Nueva York ha endurecido su postura sobre la inmigración mientras la ciudad enfrenta el impacto de recibir a más de 220,000 personas, destinando más de 6,000 millones de dólares a su acogida. La frustración por la falta de apoyo económico del gobierno de Biden es evidente, aunque aún no se ha pronunciado sobre el futuro de los indocumentados en los 250 albergues de la ciudad.
En febrero, cerrarán el campamento de Randall’s Island y las instalaciones en terreno federal de Brooklyn, que albergan a unas 2,000 personas, como medida preventiva ante posibles redadas de la administración de Trump. Además, se planea clausurar otros 25 refugios, incluidos hoteles y residencias universitarias, debido a la disminución de llegadas en los últimos meses.
Las reformas propuestas por Adams están dirigidas específicamente a inmigrantes indocumentados que hayan cometido delitos graves. Según el alcalde, estas personas representan una amenaza para la seguridad pública y deben ser identificadas y deportadas con la colaboración de ICE. La intención no es deportar a todos los inmigrantes indocumentados, sino enfocarse en aquellos que tienen antecedentes penales o representan un peligro para la comunidad.
Sin embargo, críticos de las medidas han señalado que estas políticas podrían abrir la puerta a deportaciones más amplias, afectando a inmigrantes que no representan un riesgo. Además, organizaciones proinmigrantes han advertido que este cambio podría generar temor entre las comunidades migrantes, dificultando su acceso a servicios esenciales y su integración en la sociedad.
