Conseguir que la universidad sea un lugar de futuro y no de pasado. Es el principal reto al que se enfrentan estas instituciones académicas en todo el mundo. De no lograrlo, corren el riesgo de perder utilidad e influencia en la sociedad. Las claves y los cambios que se tienen que afrontar para que este objetivo se alcance se debatieron este jueves en un foro organizado por la Universidad Tecnológica Atlántico-Mediterránea, UTAMED , la primera universidad online de Andalucía, que reunió en Málaga al director de ACCUA (Agencia para la Calidad Científica y Universitaria de Andalucía), Antonio José Cubero, al exdirector de ANECA (Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación), Miguel Ángel Galindo, al exsecretario de general de Universidades, Jorge Sainz, y al fundador de Scimago, Félix de Moya. Estos académicos coincidieron en la necesidad de que las universidades vayan en sintonía con los cambios sociales que se producen, algunos de manera vertiginosa. Abogaron por una docencia adaptada a tecnología y a las demandas del mercado laboral. En este encuentro quedó claro que las universidades tienen una responsabilidad que afecta a la propia institución en sí, pero también a sus docentes y alumnos. Eso significa que el diseño curricular no puede ser un ente independiente que se mantiene al margen de lo que pasa fuera de la institución. Así, la gestión universitaria también significaría flexibilidad y una elevada orientación práctica. Tanto en el desarrollo de las propias asignaturas como en la investigación. «Vivimos una frenética revolución que implica, necesariamente, que las universidades incluyan en sus enseñanzas las nuevas tecnologías y la IA», dijo el rector de la UTAMED, Juan de Dios Jiménez. El mundo está en una vorágine de transformación. Estas transformaciones calan en las demandas del mercado laboral. La falta de personal cualificado es una consecuencia directa de estos cambios. Para el director de ACCUA, Antonio José Cubero, a las universidades que logren canalizar esta realidad, se les abre una gran oportunidad. «El mundo actual en el que vivimos está sometido a unos niveles de cambios no conocidos . La sociedad espera de la universidad que dé respuesta a los interrogantes que dichos cambios plantean», explicó. Para prueba, un dato. Según Cubero, «hasta el 75% de los puestos de trabajo corresponderán a profesiones que hoy no existen» . Sin interiorizar esta tendencia, el número de egresados que no tienen encaje en el tejido empresarial seguirá creciendo. Para Miguel Galindo, exdirector de ANECA, esto significa que las universidades tienen que crear las estructuras que «permitan identificar lo que demanda el mercado laboral y que dichas necesidades conformen las enseñanzas que se imparten en las universidades». El exsecretario general de Universidades, Jorge Sáiz, se mostró en la misma línea: «La universidad debe ser dinámica en su oferta formativa, que ha de estar orientada a la consecución de empleo». A la hora de describir lo que todo esto implica para la investigación, tomó la palabra Félix de Moya, el fundador de Scimago. «Hay que potenciarla y conseguir que sea muy útil y trascendente para el conjunto de la sociedad», resaltó. Una investigación que no se puede aplicar o que no lleva consigo cambios materiales, dejó claro, es de menos valor. La enseñanza online, coincidieron los expertos, sintetiza las necesidades que tienen que afrontar las universidades del futuro. «Responde a las demandas de buena parte de la población y es un modelo acorde a la realidad tecnológica actual», se aseguró. En este sentido, Juan de Dios Jiménez señaló que la UTAMED está adaptada a la realidad actual y la calificó como «la universidad del siglo XXI». Cabe recordar que, en estos momentos, avanza la construcción del campus de la UTAMED , en la zona del Parque Tecnológico (Malaga Tech Park). A partir de septiembre de 2025, comenzará a impartir sus enseñanzas.