El Rey Felipe VI y la Reina Letizia se despidieron de Italia este jueves con una emocionante ceremonia en el majestuoso Teatro San Carlos de Nápoles, donde el Monarca recibió el doctorado ‘honoris causa’ en Ciencias Sociales y Estadísticas por la Universidad Federico II, el primero concedido a un Jefe de Estado por este centro educativo, que este año celebra 800 años de su fundación.
El Monarca, vestido para la ocasión con birrete y una toga académica confeccionada por los internos del Centro Penitenciario Pasquale Mandato de Nápoles, expresó su “profundo agradecimiento” por una distinción que a partir de ahora le vinculará a una de las universidades más antiguas de Italia y de Europa. “Con este doctorado adquiero un compromiso con los valores que durante ocho siglos han marcado el recorrido histórico de uno de los centros de pensamiento y reflexión más prestigiosos del mundo y siento desde ahora mismo mi orgullo de pertenencia al claustro, pues a partir de hoy puedo decir que formo parte ‘della comunità dei Federiciani’”, dijo Felipe VI, despertando el aplauso de los asistentes, entre los que se encontraban el presidente de la República, Sergio Mattarella y el arzobispo de Nápoles, el cardenal Domenico Battaglia.
Durante su discurso, el Rey recordó algunos de los ilustres nombres que han pasado por sus aulas: desde Boccaccio a Petrarca, pasando por Santo Tomás de Aquino, así como referentes de la vida política italiana más reciente como los ex presidentes de la República, Giovanni Leone o Giorgio Napolitano. Y subrayó, asimismo, el papel fundamental de las instituciones educativas, que va más allá de impartir formación académica, sino también en valores y cultura. “Solo así la Universidad jugará un papel fundamental, pues sólo la educación puede transformar una sociedad”, aseveró.
Pero probablemente el momento más emotivo de su intervención fue cuando Felipe VI reflexionó sobre los profundos lazos históricos que unen a la ciudad de Nápoles con España y que aún pueden advertirse al pasear por sus calles o escuchar hablar en dialecto. Uno de los vínculos “más estrechos y fértiles en historia, cultura o arte” que hace que “Nápoles no se puede entender sin España y España no se puede entender sin Italia, y más concretamente sin Nápoles”.
Una unión de culturas que ha hecho emerger a lo largo de la Historia “personajes sobresalientes que solo se entienden a la luz de ese vínculo común”, continuó Felipe VI, rememorando nombres como los de Alfonso V, monarca de la Corona de Aragón (1416- 1458) y rey de Nápoles; o el virrey Pedro Álvarez de Toledo, artífice de la remodelación de la ciudad que dio lugar a los Quartieri Spagnoli o la Via Toledo, una de las arterias principales.
Recordó Felipe VI también que Nápoles fue la casa de ilustres españoles como Cervantes, Quevedo, Velázquez, José de Ribera, conocido en Italia como el ‘spagnoletto’... “Esta ciudad, con su mezcla de esplendor artístico, agitación política y vida cotidiana vibrante, ofreció a los españoles un escenario único que enriqueció sus visiones literarias y humanas”, aseguró.
Un ejemplo de ese talento común fue precisamente la construcción del Teatro de San Carlos, el teatro de la ópera más antiguo del mundo, que acogió la ceremonia y que, como recordó el Monarca, fue construido “a instancias de vuestro Carlo di Borbone, nuestro Carlos III, mi antepasado directo, primero rey de Nápoles desde donde marchó para ser rey de España después”. Un rey compartido por napolitanos e italianos: “Nuestro ‘Re condiviso’”.
Felipe VI terminó su intervención abogando por continuar manteniendo esa conexión “hispano-italiana”, también en el ámbito universitario, en un momento como el actual en el que “el proyecto europeo está llamado a defender sus valores y garantías en un escenario global”.
Antes de desplazarse a Nápoles, el Rey se reunió en Roma con un centenar de empresarios españoles e italianos ante los que aseguró que no hay que dejarse llevar por las “tentaciones proteccionistas” para hacer frente a los desafíos actuales de la economía mundial y apeló a una mayor cooperación entre las empresas para mantener el “marco multilateral” que ha permitido un desarrollo “sin precedentes” del Estado del Bienestar.
Mientras, la Reina recibió en la Embajada de España en la capital italiana a los españoles que trabajan en la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cuya sede está en Roma y de la que Doña Letizia es embajadora especial.
Con la concesión del doctorado ‘honoris causa’ a Felipe VI, los Reyes pusieron el broche final a su histórica visita de Estado a Italia, la primera de unos Monarcas españoles en los últimos 26 años.