Todos los socios del T-MEC son altamente dependientes de las importaciones chinas.
En total, 16.6 por ciento de todas las compras al exterior de la región vienen desde China. De este total, si bien somos el país más dependiente (con 19.6 por ciento de la importaciones), Canadá no se queda atrás y 13.5 por ciento de sus compras proceden desde aquel mercado.
Hace un par de meses, poco después de las elecciones presidenciales, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, expuso con claridad la dependencia que tenemos con Asia: “nosotros compramos a China 119 mil millones de dólares (mdd) por año y vendemos a China 11 mil millones. Y eso no es un comercio recíproco”.
¿Cómo están los números del lado canadiense?
En 2023, las importaciones de China sumaron 64 mil mdd, mientras que las exportaciones canadienses fueron de 22 mil mdd. En el primer semestre de 2024, el déficit se mantuvo con compras chinas por 36 mil mdd y ventas a China por 12 mil mdd. En los últimos cinco años, las ventas chinas a Canadá han tenido un crecimiento anual del casi el 7 por ciento.
Pero no es solo el comercio bilateral lo que molesta a Donald Trump y que es otra de las razones por las que promete aranceles de 25 por ciento a ambos socios del T-MEC, sino las inversiones chinas en los vecinos cercanos.
Si bien los dardos fueron directos a nuestro país, fundamentalmente a los sectores manufactureros y automotrices, China no ha dejado de invertir en Canadá y es el quinto mayor responsable de IED de ese país después de Estados Unidos, el Reino Unido, Japón y Alemania. Solo el año pasado sumó 27 mil 400 mdd, un volumen que se ha mantenido muy estable desde el fin de la pandemia. En el caso de México, según datos de la SE, recibimos inversiones chinas en 2023 por 5 mil 600 mdd.
El comercio ha movido a las aerolíneas: las compañías de ambos países –como Hainan Airlines– han agregado en este último trimestre del año vuelos directos regulares que conectan Toronto y Vancouver con cuatro ciudades chinas: Beijing, Guangzhou, Shanghai y Shenzhen.
Lideró la reanudación el domingo, con un vuelo que despegó de Toronto en ruta a Beijing.
En la actualidad más de 1.8 millones de residentes canadienses son de origen chino, y el chino es el tercer idioma más hablado de Canadá después del inglés y el francés.
Inmediatamente después de que Donald Trump anunciara la amenaza de aplicar 25 por ciento de aranceles a las importaciones mexicanas y canadienses, Doug Ford, el primer ministro de Ontario, la mayor provincia canadiense, dijo que su partido estaba de acuerdo en expulsar a México del T-MEC por el comercio chino que podría colarse a la región desde nuestro país. Hace unas semanas la viceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland, dijo que estaban “perfectamente alineados con Estados Unidos, y eso significa que no somos una puerta trasera para bienes chinos comercializados de manera injusta. No se puede decir lo mismo sobre México”.
Como han dicho muchos expertos en comercio internacional, nadie gana en las guerras comerciales. Ni tampoco tirando piedras a quienes naturalmente pueden ser sus aliados.