El próximo 22 de diciembre , millones de españoles seguirán con atención el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad . Con un total de 193 millones de décimos disponibles, repartidos en 193 series de 100.000 números cada una, este sorteo distribuirá 2.702 millones de euros en premios . Sin embargo, a pesar de la ilusión colectiva, persisten ciertas creencias erróneas en torno a los números que se consideran 'feos' o poco afortunados . En ese sentido, David Martín de Diego, investigador científico en el Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT), ha explicado en una entrevista con el ' Diario AS ' por qué estas ideas no tienen ninguna base matemática, arrojando algo de luz sobre conceptos fundamentales del azar que desmontan los mitos más habituales en torno a este sorteo. Martín de Diego comenzó su intervención aclarando un error común , la creencia de que ciertos números tienen menos posibilidades de salir que otros . «Hay gente que piensa que el 99999 es más difícil que salga que el 37891, ¿cómo va a salir de cada bombo un 9? Sin embargo, esto tiene la misma probabilidad de que salga un 3 del primer bombo, un 7 del segundo, un 8 del tercero, un 9 del cuarto y, finalmente, un 1 del quinto», señaló al diario deportivo. Para el matemático, este tipo de razonamientos reflejan la necesidad de fortalecer la educación matemática en España. «Que la gente crea que hay números más probables que otros me hace pensar que se debe fortalecer la enseñanza de las matemáticas en los centros escolares. Si eres capaz de creerte esto, ¡qué no serás capaz de creer!», apuntó con cierto humor crítico. Otro fenómeno que el investigador abordó es el de las largas colas frente a ciertas administraciones , como Doña Manolita en Madrid, consideradas 'de la suerte'. Cada año, cientos de personas esperan durante horas, soportando las temperaturas propias de esta época del año, para adquirir un décimo en estos establecimientos. Aunque comprende la motivación social que hay detrás, el investigador recordó que las probabilidades no cambian según el lugar donde se compre el boleto . «Si es para tomar un chocolate con los amigos, lo entiendo, pero debe quedar claro que ¡es la misma probabilidad que comprarlo en la tienda de al lado de tu casa! Si una administración vende decenas de miles de boletos y otra solo unos cientos, está claro que hay más opciones de que caiga un premio grande en la primera, pero para cada comprador individual es totalmente indiferente», explicó.