Tenemos que estar tranquilos. Lo dice Abu Muhamed al Jolani, quédense con ese nombre . Expulsada la familia de tiranos que ha expoliado el país, encarcelado, torturado, asesinado y condenado a la diáspora a millones de sirios, quienes han padecido cincuenta años de dictadura de los Assad, celebran una primavera árabe que se ha demorado catorce insoportables años. Sin embargo, me sigue oliendo a invierno, esa sensación de que un verdugo laico acabe reemplazado por otro religioso. Nada bueno hay cuando se gobierna en nombre de Dios. Su ausencia sirvió de excusa a la familia de sátrapas para vendernos que, con ellos, no habría guerra santa. Les dejamos robar, traficar con drogas, enriquecerse con una glotonería insaciable y esquilmar los...
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