El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
San Epímaco de Alejandría fue un cristiano que vivió durante los siglos III y IV, en un contexto de persecuciones severas contra los seguidores de Cristo en el Imperio Romano. Aunque no fue pontífice, su vida estuvo marcada por su devoción a la fe cristiana y su resistencia a los edictos imperiales que buscaban extinguir la práctica de esta religión. Es venerado principalmente por su compromiso con la verdad del Evangelio y su rechazo a renunciar a su fe, incluso frente a la tortura y la muerte.
Epímaco es considerado un mártir de la Iglesia, y su santidad fue reconocida desde los primeros siglos del cristianismo, en un proceso de veneración espontánea típica de los mártires de esa época. Su memoria quedó incluida en los primeros calendarios litúrgicos, y es recordado como un ejemplo de valentía y perseverancia en la fe. Su legado inspiró a los cristianos de Alejandría y más allá, animándolos a mantener su esperanza y firmeza frente a la opresión. Se dice que las reliquias de San Epímaco fueron trasladadas a Roma, donde también es venerado.
San Epímaco fue arrestado durante una de las persecuciones promovidas por el emperador Decio (249-251). Después de un período de encarcelamiento, donde sufrió torturas físicas y psicológicas, fue condenado al exilio. Sin embargo, incluso fuera de Alejandría, continuó proclamando su fe, lo que eventualmente condujo a su ejecución. Según la tradición, fue martirizado en Egipto al ser decapitado, sellando su testimonio con su propia sangre y convirtiéndose en un faro de fortaleza espiritual para los cristianos perseguidos.