Mucho se dijo, ante el anuncio de su retiro de la competición meses atrás, que el fin de semana pasado durante el Rally de Osorno que cerró el calendario 2024 del campeonato Copec RallyMobil, Jorge Martínez querría despedirse de su histórico navegante, Alberto Álvarez con un triunfo.
Aunque la apreciación sería inequívoca, al fin y al cabo, cuando un auto de Rally va a fondo por un tramo, lo hace gracias al trabajo mancomunado del piloto y del copiloto.
Después del legítimo dominio de Gerardo Rosselot y Marcelo Brizio en la etapa del sábado, de la que solo separó a los dos primeros un margen de 3.7s, los múltiples campeones -quizás previsiblemente- salieron al ataque y empezaron a ganar tramos de velocidad. Como lo habían hecho en cuatro de los ocho de la jornada de apertura del rally, el domingo se impusieron en cinco de las seis pruebas especiales previstas.
Porque tiene 13 títulos en su haber como nadie en Chile y como pocos en el mundo, porque ha largado casi 150 eventos (ocho de ellos mundiales), 44 triunfos de clase y generales solo junto al as penquista, porque se abrió camino desde abajo desde joven cuando se radicó en Santiago y por ser poseedor de una pasión irrefutable y un destacado afán de superación siempre, Álvarez gozó en su retiro de la butaca derecha de vivencias tan merecidas como memorables, aplaudido por la gente y sus colegas, saludado y abrazado fraternalmente por todos.
El navegante argentino declaró: “Hasta hace poco tiempo, a varios de nosotros nos parecía que había generaciones que venían con fuerza dentro del rally nacional. Ahora, en cambio, me parece que varios de nuestros rivales ya son el presente de la categoría. La prueba está es que nos esforzamos por ganar. No había mejor manera de rematar con Jorge nuestra trayectoria deportiva juntos. No tengo palabras para describir lo que viví en los últimos días, desde los aplausos de otros copilotos mientras me ponía el casco en mi último tramo, a regalos que me hacían los aficionados, el cariño de todos que me llevo como el mejor de los trofeos recibidos en estos 22 años en que Jorge y Lidia me dieron la confianza de acompañar en un Grupo N turbo de tracción integral a su joven hijo. Traté de transmitirle a él y a los demás el respeto por el deporte motor y los valores que me habían enseñado en casa. Aquí vino mi madre, mientras que mi padre siguió las transmisiones desde Villa La Angostura en nuestra provincia. Agradezco a todos los equipos que nos abrieron la puerta y a sus mecánicos, al público que es el motor del automovilismo y a la organización del Copec RallyMobil. Conocí a Martínez con 15 años y hoy es una leyenda como piloto, un empresario, un esposo y un padre, pero -sobre todo- una excelente persona y un gran amigo. Amo esta actividad y pensaré luego si puedo acompañar desde el rol al que me inviten que yo considere de utilidad en base a la experiencia recogida”.
Fotos: Luis Barra/Cristian Lagos
