Las estafas virtuales están en franco ascenso y, ahora, también hay que tomar recaudos en las entidades bancarias. Concretamente, hay que tener cautela en los cajeros automáticos a los que se acude para extraer dinero de forma rápida.
En los últimos tiempos ganó popularidad una modalidad de estafa que se conoce como skimming, que consiste en el robo de la información de las tarjetas de crédito/débito en el momento de la transacción, con el objetivo de reproducir o clonar el plástico para su posterior uso fraudulento.
Para concretar el engaño, los delincuentes suelen instalar dispositivos camuflados en el interior del cajero, y hasta alguna pequeña cámara para captar los datos bancarios del cliente. A continuación, los detalles.
Ante a una posible estafa de skimming, los bancos y las autoridades gubernamentales recomiendan estar atentos a detalles inusuales, como folletería pegada en el interior de los cajeros.
Hay que tener en cuenta que cualquier rareza en la boca de la máquina puede ser un signo de una vulneración por parte de los delincuentes.
Por eso, antes de usar un cajero automático, hay que verificar que no haya dispositivos extraños en la ranura para tarjetas, el teclado o la pantalla. Cualquier anomalía puede ser un indicativo de un "skimmer" instalado.
También, al ingresar el PIN, conviene utilizar una mano para cubrir el teclado. Esto ayuda a prevenir que cámaras ocultas capten el código.
Asimismo, hay que mantenerse alerta y no permitir que desconocidos ayuden con las transacciones. Los estafadores pueden intentar generar distracciones mientras roban los datos.
En todo caso, es fundamental elegir cajeros automáticos ubicados dentro de las sucursales bancarias en lugar de aquellos en lugares aislados o poco iluminados. Y hay que monitorear frecuentemente las transacciones bancarias para detectar cualquier actividad sospechosa o cargos no autorizados.