Este miércoles a las 21 horas, el Borussia Dortmund y el FC Barcelona se enfrentan en un partido clave de la sexta jornada de la fase de grupos de la Champions League. En juego está la clasificación a la siguiente ronda, y la tensión se palpa tanto dentro como fuera del campo. La afición del equipo alemán ya ha dejado claro que no escatimará esfuerzos para influir en el rendimiento de los jugadores azulgranas, y este martes por la noche se vivió un episodio que sube la temperatura antes del esperado duelo.
En la madrugada de este martes, alrededor de las 00:20 horas, un grupo de seguidores del Borussia Dortmund decidió "dar la bienvenida" a la expedición culé de una manera poco convencional. Desde las cercanías del hotel en el que se hospeda la plantilla del Barcelona, se desató un espectáculo pirotécnico de dos minutos de duración, con petardos y cohetes cuyo propósito era interrumpir el descanso de los jugadores y crear un ambiente de tensión previo al partido.
Este tipo de acciones no son nuevas en el fútbol europeo, y la afición alemana ha sido históricamente conocida por su fervor y pasión en los días previos a los grandes encuentros. Sin embargo, lo ocurrido en esta ocasión ha sorprendido a muchos, ya que la hinchada del Dortmund no había sido conocida por recurrir a prácticas tan antideportivas. Aunque el equipo alemán siempre ha contado con un apoyo ruidoso y motivador en su estadio, nunca se había llegado a este tipo de intimidaciones fuera de los límites deportivos.
El Barcelona, consciente de que el Signal Iduna Park será un lugar de presión, deberá mantener la calma y el enfoque en un partido que puede ser definitivo para sus aspiraciones en la Champions. Los jugadores culés ya saben que la afición rival intentará ponerlos bajo presión tanto dentro como fuera del campo, y el comportamiento anoche en el hotel solo es un anticipo de lo que podría ser un ambiente cargado de tensiones durante todo el encuentro.
Este Borussia Dortmund-Barça no solo será un choque de estilos de juego, sino también una batalla psicológica en la que el equipo visitante tendrá que superar los intentos de desestabilización que, por lo visto, ya han comenzado a gestarse. Con todo en juego, será fundamental que los jugadores del Barcelona mantengan la calma y no se dejen influir por los factores externos, en un estadio que siempre ha sido sinónimo de emoción y fervor.
