El Real Madrid logró una victoria crucial en su visita a Bérgamo, donde se impuso por 2-3 a la Atalanta, en un partido que se antojaba fundamental para las aspiraciones del conjunto blanco en esta edición de la UEFA Champions League. Con este resultado, el equipo de Carlo Ancelotti respira y da un paso de gigante hacia la clasificación, aunque aún queda mucho por definir en esta fase de grupos, más competitiva y ajustada que nunca.
El duelo entre el Real Madrid y la Atalanta fue un espectáculo vibrante, en el que ambos equipos lucharon intensamente por los tres puntos. El conjunto local, dirigido por Gian Piero Gasperini, salió a por todas, con la intención de frenar el ímpetu de un Madrid que llegaba a este encuentro con la necesidad de sumar tras una serie de altibajos en sus últimos compromisos europeos.
Los goles de Kylian Mbappé, Vinicius y Jude Bellingham fueron los encargados de marcar la diferencia en un partido lleno de emociones. La calidad de estos tres jugadores resultó determinante para que el Real Madrid se llevara la victoria en un escenario tan complicado como el Gewiss Stadium.
El triunfo del Real Madrid en Bérgamo tiene aún mayor relevancia debido al nuevo formato de la Champions League, que se estrenó esta temporada. En este nuevo sistema, la fase de grupos se compone de 36 equipos que compiten en una única clasificación general. Los equipos juegan un total de ocho partidos, y los ocho primeros clasificados avanzan directamente a los octavos de final. Sin embargo, los equipos que terminen entre el noveno y el vigésimo cuarto puesto no quedarán eliminados, sino que deberán disputar una ronda extra, a doble partido, para decidir quiénes acceden a la siguiente fase. Por último, los equipos que finalicen en las posiciones 25 a 36 serán eliminados de la competición europea, sin posibilidad de continuar en ninguna otra copa.
Con esta victoria, el Real Madrid se coloca en la decimoctava posición de la tabla, con 9 puntos. Aunque aún no tiene el pase garantizado, la victoria le otorga una ventaja importante en su lucha por terminar entre los ocho primeros, que es el objetivo primordial. Sin embargo, la clasificación es muy cambiante, y la lucha por los primeros lugares está muy reñida. Con solo 9 partidos disputados hasta ahora, algunos equipos aún tienen una diferencia mínima en la tabla, por lo que cualquier tropiezo podría ser fatal.
El calendario del Real Madrid aún le reserva dos compromisos trascendentales a finales de enero de 2024, cuando se enfrentará al Red Bull Salzburgo en el Santiago Bernabéu (22 de enero) y al Stade Brestois en Francia (29 de enero). Estos partidos serán decisivos para el futuro europeo del club, ya que en ellos se jugará la clasificación definitiva para los octavos de final o la necesidad de disputar la fase extra para seguir en la lucha.
El Salzburgo y el Brest son dos rivales que, en teoría, deberían ser asequibles para un club como el Real Madrid, pero en una Champions tan impredecible, ningún partido es fácil. Los merengues deberán salir a ganar ambos encuentros si desean evitar cualquier sorpresa que podría dejarlos fuera de los puestos de clasificación directa.
Aunque el Real Madrid no ha estado exento de dificultades en esta fase de grupos, su plantilla sigue siendo una de las más poderosas de Europa. Jugadores como Mbappé, Vinicius y Bellingham se están convirtiendo en piezas clave para el equipo, y su calidad es una garantía de que el equipo puede salir adelante en los momentos más complicados. Sin embargo, el equipo de Ancelotti necesitará mantener el nivel de juego mostrado en este partido contra la Atalanta y continuar con su dinámica positiva para asegurar su pase.
La competencia en la Champions es feroz. El Real Madrid se enfrenta a equipos de gran calidad, como el Manchester City, el Bayern Múnich o el Paris Saint-Germain, pero su historia en la competición es un respaldo inquebrantable. Los merengues saben que, en partidos como el de Bérgamo, cada victoria cuenta doble, no solo por los tres puntos, sino también por el impacto psicológico que tiene en el grupo.