Cuesta entender por qué un joven de 26 años con un futuro prometedor decide tirar su vida por la borda asesinando a sangre fría a otra persona, por muy enfadado que esté con el sistema sanitario del país. Los investigadores que han estado interrogando a Luigi Mangione desde que fue detenido el lunes por la noche no esperaban encontrar este tipo de perfil frente a ellos. El presunto autor del crimen pertenece a una familia de influyentes empresarios de Baltimore (Maryland) y su linaje se remonta a Sicilia.
Su abuelo, Nick Mangione, falleció en 2008 y fue un reconocido hombre de negocios que, junto con su esposa, Mary C. Mangione, compraron varios terrenos en los años 70 para desarrollar proyectos de campos de golf. El clan familiar también poseía varias residencias de ancianos donde Luigi había estado ayudando como voluntario en alguna ocasión, y además poseía una emisora de radio que retransmite programas políticos de corte conservador en la que trabaja el primo del detenido, Nino Mangione, que en un comunicado aseguraba que la familia «solo sabe lo que hemos leído en los medios». En el escrito dice que se encuentran «conmocionados y devastados por el arresto de Luigi», y ofrecía sus «oraciones a la familia de Brian Thompson», la víctima que deja a una mujer viuda y a dos hijos huérfanos de padre.
Esa es la imagen pública que se ha podido conocer del sospechoso, licenciado en Informática, gracias a las declaraciones de amigos, familiares y la información que el detenido había compartido en sus redes sociales.
Un historial de vida que nadie esperaba cuando el lunes la policía anunció que había detenido a una persona en relación con el asesinato del CEO de una de las aseguradoras más reconocidas de EE UU. En principio, Luigi no tiene nociones de disparo o de cómo perpetrar un crimen de esta magnitud y despistar a los investigadores durante seis días, pero el joven se las apañó para conseguir por internet todas las piezas que necesitaba para construir un arma con silenciador incluido que en el momento del asesinato incluso se encalló, pero supo arreglar en cuestión de segundos para seguir disparando.En un momento dado, los investigadores incluso se refirieron a él como «un experto tirador».
El joven nacido en Maryland llevaba varios meses alejado de su entorno. No respondía llamadas ni mensajes, un silencio que incluso llevó a su madre a denunciar su desaparición el pasado 18 de noviembre en San Francisco, donde vivió durante un tiempo el detenido.
Luigi sufría dolores crónicos, así lo ha explicado uno de los jóvenes con los que vivió seis meses en un espacio compartido en Honolulu (Hawai). R.J Martin, el propietario del lugar, ha explicado a «The New York Times», que Luigi le explicó como «su columna vertebral estaba un poco desalineada, creo recordar que había dicho que sus vértebras inferiores estaban casi a menos de un centímetro y a veces le pellizcaba el nervio».
En 2023 se había sometido a una operación porque el problema le estaba impidiendo practicar surf, hacer una vida normal e incluso afectaba a sus relaciones sentimentales. Le había confesado a Martin que no mantenía relaciones sexuales porque «sabía que salir y tener intimidad física con su condición de espalda no era posible». Un antiguo compañero suyo de la escuela Gilman en Baltimore, explicó a un medio nacional que Luigi cambió completamente tras la operación de cirugía.
Su complicada situación física y un manifiesto escrito a mano que llevaba encima en el momento de la detención reducen los motivos del móvil a una posible venganza que llevaba tiempo planeando. «Para ahorrarles una larga investigación, declaro claramente que no estaba trabajando con nadie», y en 262 palabras condena a las empresas «que continúan abusando de nuestro país para obtener inmensos beneficios porque el público estadounidense les ha permitido salirse con la suya».
El documento menciona explícitamente el nombre de la aseguradora donde trabajaba la víctima, United Healthcare, e incluso el tamaño de la empresa y sus beneficios. «Pido disculpas por cualquier conflicto o trauma», indica en la nota, «pero tenía que hacerse».
Luigi consiguió hacerse con las piezas necesarias para construir lo que se conoce como arma fantasma, imposible de rastrear porque no cuentan con registro. Un arma impresa en 3D que acabó con la vida de Brian Thomson en el momento en que se dirigía a la conferencia anual de inversionistas de la compañía. Le había colocado un silenciador y cuando la pistola se atascó en el momento del asesinato, fue capaz de arreglarla y seguir disparando. Se dio a la fuga y consiguió despistar a los agentes durante seis días, una larga semana en la que se dedicaron grandes esfuerzos a su búsqueda con buzos y drones incluidos e incluso con el F.B.I. buscando al autor del crimen. Al final, fue el trabajador de un Mc Donalds quien permitió su captura porque lo reconoció cuando entró al establecimiento.
Al cierre de esta edición, el joven arrestado en conexión al asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, se presentó ante un juez en Pensilvania para dar inicio al proceso de extradición a Nueva York. A su llegada a la audiencia, el sospechoso se comportó de forma agresiva y gritó a los medios que "es un insulto a la inteligencia de los estadounidenses.