París. Francia, el Reino Unido y Alemania urgieron este martes a Irán a “poner fin de inmediato a su escalada nuclear” y condenaron las medidas tomadas por Teherán para incrementar la producción de uranio altamente enriquecido.
“Las acciones de Irán (...) incrementarán sus reservas de uranio muy enriquecido”, algo que “no tiene una justificación civil creíble”, señalaron los voceros de las diplomacias de los tres países en un comunicado conjunto.
Irán defiende su derecho a la energía nuclear con fines civiles y niega que busque desarrollar un arma atómica, aunque su programa nuclear sigue creciendo, lo que genera desconfianza en los países occidentales.
Irán acelera la producción de uranio y desafía al OIEA
Según un informe confidencial del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Irán comenzó a alimentar nuevas centrifugadoras para “aumentar significativamente” su ritmo de producción de uranio muy enriquecido.
El documento, al que esta agencia tuvo acceso el viernes, indica que los cambios en la planta nuclear de Fordo incrementarán “de manera considerable la tasa de producción de uranio enriquecido al 60%”.
Esta tasa mensual sería más de siete veces superior a los 4,7 kg alcanzados “en el período del informe anterior”, según registros de la agencia nuclear de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esto ocurre “sin que el OIEA haya tenido tiempo de aplicar las salvaguardias adicionales necesarias”, alertaron París, Londres y Berlín en el comunicado, manifestando su “profunda preocupación”.
Los tres países europeos recordaron que el 28 de noviembre se reunieron con representantes iraníes para tratar el programa nuclear y las sanciones, reiterando su compromiso con el diálogo y un comportamiento constructivo.
Israel promete hacer ‘todo lo posible’ para evitar que Irán se dote de armas nucleares
En 2015, Irán firmó un acuerdo con las potencias mundiales que contemplaba un alivio de las sanciones internacionales a cambio de garantías de no desarrollar un arma nuclear.
Sin embargo, Estados Unidos abandonó el acuerdo en 2018, bajo la presidencia de Donald Trump, y reimpuso fuertes sanciones contra Teherán.
En respuesta, Irán aumentó significativamente sus reservas de materiales enriquecidos, alcanzando el umbral del 60%, cerca del 90% necesario para fabricar un arma atómica y muy por encima del 3,67% fijado en el acuerdo.