Año ya y medio después de su salida oficial, Papu Gómez ha querido romper su silencio y hablar abiertamente sobre cómo ocurrió el escándalo que ha sacudido su vida como futbolista y también como profesional, al haber sido hace ya meses sancionado por dopaje en un momento en el que era componente del Sevilla FC. En una entrevista con el periodista Juan Pablo Varsky, el argentino ha querido detallar qué es lo que pasó, a su juicio, en ese error al que atribuye dicha casuística. «Pasé de ser campeón del mundo, a que hoy no me llame nadie, desaparecer del medio o no jugar más. H ay que saber convivir con eso. Ni cuando estás allá arriba eres el mejor, ni ahora eres el peor. Solo que hay que priorizar otras cosas... Después de la sanción estaba ilusionado con volver, pero cuando me cayó la pena máxima se me cayó el mundo«, apuntaba en dicha intervención. «Me llega por mail dos días antes de la final«, explica, refiriéndose a los resultados, antes de la cita contra la selección de Francia: »Me llega que había dado positivo. En la final del Mundial, que te llegue una noticia así es horrible , me enfermé esos dos días, estuve muy mal, con fiebre, seguramente me bajaron las defensas», respondió el futbolista de 37 años, que aseguró que no quiso decirle nada a sus compañeros ni a su propio seleccionador pese a que él manejaba ya esa información de tanta envergadura para su presente y futuro. La versión que siempre ha defendido el propio exjugador sevillista es que había ingerido previamente un jarabe para la tos de sus hijos para calmar una tos una noche. «No se lo quise decir a nadie porque no quería que la gente esté en otro lado que no sea jugar la final del mundo. Me parecía muy egoísta de mi parte ir a contarle algo feo así a los chicos que estaban por jugar una final del mundo», manifestó Papu Gómez, que prefirió guardárselo para no interferir en los objetivos de la selección. Y desglosó los pormenores de aquel problema: «Llego a la noche, de madrugada en Sevilla, generalmente me tomaba una pastilla después de los partidos, porque me costaba mucho dormir. Me acuesto y en mitad de la noche me da un ataque de tos. Le digo a mi mujer que me de un jarabe para la tos. Estaba el de mi hijo más pequeño, de Milo, y me da una tacita pequeña. Me la tomé», reiteraba.
