¿Cómo es el estado nutricional de los perros domésticos en Costa Rica? No hay estudios que lo determinen con detalle. Por eso, el Centro de Investigación en Nutrición Animal (CINA) de la Universidad de Costa Rica (UCR) busca averiguarlo.
Karolina Moncada Barrientos, investigadora principal del proyecto, señaló en entrevista para el sitio web universitario, que existe mucho desconocimiento sobre el tema. Sin embargo, se tiene una idea de algunas condiciones, pues es común ver canes con problemas como obesidad, sobrepeso, alergias y otro tipo de padecimientos que se relacionan con los hábitos alimentarios y nutricionales.
Los resultados podrían ser útiles para muchas familias, pues datos de la Encuesta Nacional de Hogares 2024 (Enaho) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) indican que en el país viven 1,7 millones perros en los casas y que el 53,5 % de las familias tiene al menos un perro como mascota.
El estudio consiste de dos partes: una evaluación física y un cuestionario para los dueños del can. Con las conclusiones, no solo se esperan tener datos de la salud nutricional de las mascotas, sino también dar recomendaciones.
El proceso se inició con una recopilación de centros veterinarios en San José; el trabajo de campo se lleva a cabo en clínicas veterinarias, donde las investigadoras reciben al paciente y le efectúan una evaluación completa a nivel físico y nutricional. Se espera contar con la información de alrededor de 385 perros antes de concluir el estudio.
Moncada explicó que la primera parte consiste en la observación del estado corporal y muscular de cada animal, así como de sus dientes, pelaje y piel.
Además, se elaboran mediciones de la cintura, el cuello y el pecho, que se relacionan con la raza o el tamaño del animal para obtener datos más precisos.
Andrea Brenes Soto, directora del CINA y una de las investigadoras, afirmó que también se examina la cavidad bucal del can. Se evalúan las encías y los dientes para ver si hay infecciones, inflamación o pérdida de piezas dentales, que a veces pueden presentarse por mala higiene bucal o mala alimentación.
Todos estos análisis permiten conocer la proporción que existe entre los huesos, los músculos y la grasa; eso es fundamental para evaluar su salud.
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Una vez que se obtienen estos datos, las investigadoras hacen una entrevista a profundidad a los dueños de las mascotas.
Allí se les pregunta sobre los hábitos alimentarios y nutricionales, el tipo de alimento utilizado, el comportamiento, la actividad física que realiza, los hábitos de sueño, si hay alguna condición de salud diagnosticada, si se ofrecen golosinas, entre otros. Con esto se obtiene un perfil más completo del animal.
Además, se les brinda guía sobre cómo almacenar el alimento, leer las etiquetas nutricionales, determinar la cantidad adecuada de comida para la mascota, y escoger el mejor alimento para ese perro en específico.
Una vez que se tengan los datos se podrá establecer políticas para mejorar la salud de los canes.
Las investigadoras apuntaron errores comunes que las familias tienen con sus perros.
Uno de ellos es la cantidad de veces que se le da alimento al animal y la forma de hacerlo (las necesidades de comida de un perro son muy distintas a las de una persona), lo cual puede provocar sobrealimentación y problemas de ansiedad en las mascotas.
Otro problema es el mal manejo de las golosinas y otros productos que normalmente no están en su dieta principal, así como la práctica de mostrar cariño o atención mediante la comida.
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Además, las profesionales señalaron que la insistencia de los dueños en seguir recomendaciones sobre la dieta del animal provenientes de personas que no son profesionales en el área, puede ser perjudicial.
Por ejemplo, en redes sociales se anuncian dietas que no son balanceadas o adecuadas para todos los tipos de perros, ya que deben considerarse aspectos como la edad y las condiciones de salud de cada uno para brindarle un régimen acorde a sus necesidades.
Además, fueron enfáticas al señalar que estos errores, a largo plazo, tendrán consecuencias en la salud, como alergias, aumento de inconvenientes en los riñones o el hígado, y problemas conductuales, que afectarán la calidad de vida de las mascotas.
