En lo más alto de los Andes peruanos, donde la tradición y la ciencia convergen, un alimento ancestral ha despertado el interés de los investigadores por sus propiedades terapéuticas. Se trata de la quínoa negra, un tipo poco conocido pero cargado de beneficios para la salud mental.
"Durante un viaje a Puno, un reconocido especialista en quínoa [me dijo que] asistió a un velorio donde le ofrecieron quispiños, unos panecillos al vapor elaborados con este grano oscuro. Intrigado, preguntó por qué habían usado quínoa negra. La respuesta fue sorprendente: 'Para bajar la pena'", contó Sonaly Tuesta, ex Viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales del Perú, en La Roro Network Clips.
La quínoa negra se distingue por su sabor terroso y textura crujiente. Sin embargo, su verdadero poder está en sus nutrientes. Este superalimento es rico en antioxidantes, fibra y minerales esenciales como el magnesio, el zinc y, sobre todo, el litio.
El litio es un mineral utilizado en tratamientos psiquiátricos para estabilizar el estado de ánimo. Aunque la cantidad presente en la quínoa negra es mucho menor que la empleada en medicamentos, consumirla regularmente podría contribuir a una mejor salud mental. Además, su alto contenido de proteínas y aminoácidos esenciales la convierte en un alimento completo para la dieta diaria.
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Los pueblos andinos han utilizado la quínoa negra durante siglos, integrándola en rituales y celebraciones. Esta práctica, ahora respaldada por estudios científicos, resalta cómo la tradición y la ciencia pueden unirse para mejorar la calidad de vida. Su consumo no solo aporta beneficios nutricionales, sino que también se ha convertido en una forma de preservar la memoria cultural y fortalecer la identidad local.
En la gastronomía, la quínoa negra es un ingrediente versátil. Puede usarse en ensaladas, guisos, postres y, como demostró la tradición puneña, incluso en panecillos como los quispiños. Su sabor intenso combina bien con preparaciones dulces y saladas, convirtiéndola en una alternativa interesante para chefs y aficionados a la cocina.
Su contenido de fibra ayuda a reducir el colesterol, mientras que sus antioxidantes protegen al organismo del daño celular. Estos factores combinados hacen de este grano una opción ideal para quienes buscan una alimentación equilibrada y saludable.
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En el Perú, la quínoa negra se cultiva principalmente en regiones altiplánicas como Puno y Ayacucho, donde las condiciones climáticas son ideales. Aunque es menos común que la quínoa blanca o roja, su popularidad está creciendo en mercados locales y tiendas especializadas en productos orgánicos.
También es posible adquirirla en supermercados, ferias agroecológicas y plataformas de comercio electrónico que promueven la agricultura sostenible. Incluirla en la dieta no solo beneficia la salud personal, sino que también apoya a las comunidades productoras de los Andes, impulsando la economía rural y la sostenibilidad agrícola.
