La misión egipcio-dominicana que encabeza la arqueóloga Kathleen Martínez en el templo egipcio de Taposiris Magna ha hallado una pequeña estatuilla de mármol blanco de una mujer con la diadema real que, según la directora de las excavaciones, representa a Cleopatra VII, la legendaria faraona de gran astucia y encanto que sedujo a Julio César y a Marco Antonio . Debajo del muro sur del recinto de este templo situado al oeste de Alejandría, los arqueólogos han descubierto unos yacimientos fundacionales con una notable colección de artefactos y artículos ceremoniales , que aportan nueva información sobre la historia de esta región durante la era ptolemaica tardía. Entre los hallazgos, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mohamed Ismail Khaled, destacó en una nota la importancia de un busto de piedra caliza de un rey adornado con el tocado de Nemes y de esa pequeña estatuilla que ha suscitado el debate entre los expertos. Kathleen Martínez, que desde hace 13 años busca la tumba perdida de Cleopatra en este yacimiento del norte de Egipto, está convencida de que se trata de la última gobernante de la dinastía ptolemaica. Sin embargo, muchos egiptólogos discrepan porque los rasgos faciales difieren de las representaciones conocidas de la famosa reina. Consideran más probable que la figure represente a otra mujer real o princesa. Otros descubrimientos significativos de las últimas excavaciones, en las que colabora la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), incluyen 337 monedas, muchas con la imagen de Cleopatra VII , así como vasos ceremoniales de cerámica, lámparas de aceite, estatuas de bronce, un contenedor de piedra caliza para cosméticos y un amuleto de escarabajo inscrito con la frase: «Ha surgido la justicia de Ra». El equipo de investigadores también encontró un anillo de bronce dedicado a la diosa Hathor y fragmentos de cerámica que datan del templo hasta finales del período ptolemaico y que confirman que su construcción se remonta al siglo I antes de Cristo. Martínez también informó del descubrimiento de los restos de un templo griego del siglo IV a. C. , que fue destruido entre el siglo II a. C. y principios del período romano, indica el comunicado del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto. Dicho templo se encuentra cerca de un intrincado sistema de túneles profundos que se extiende desde el lago Mariout hasta el mar Mediterráneo. Además, se desenterró una gran necrópolis con 20 catacumbas , junto con una tumba subterránea debajo del antiguo faro de Taposiris Magna. La sepultura consta de tres cámaras, una de las cuales contenía nueve bustos de mármol blanco y otros artefactos. Las excavaciones submarinas preliminares en las secciones sumergidas de Taposiris Magna han revelado estructuras hechas por el hombre, restos humanos y vastas cantidades de cerámica. «Estos hallazgos ponen de relieve el significado histórico y cultural del sitio», señalan desde el Ministerio de Turismo y Antigüedades, que ha elogiado estos descubrimientos como «esenciales para ampliar nuestra comprensión del período ptolemaico tardío y sus prácticas arquitectónicas, culturales y ceremoniales».