Italia ha activado una alerta alimentaria grave a través del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) tras detectar niveles elevados de la bacteria E. coli en un lote de mejillones de procedencia española. La contaminación fue identificada durante un control oficial en el mercado italiano, donde se comprobó que el producto no cumplía con los estándares legales establecidos por la normativa de la Unión Europea.
El informe no detalla el origen exacto de los mejillones dentro del territorio español, y las autoridades italianas han informado de que el producto ya ha sido retirado del mercado y no está disponible para los consumidores. No obstante, el RASFF ha clasificado este incidente como un riesgo grave debido a los posibles problemas de salud que podría causar la bacteria, especialmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Las alertas por moluscos bivalvos contaminados son frecuentes en la Unión Europea, con más de 80 notificaciones en 2024, informa la OCU. Estos moluscos, como mejillones, almejas o ostras, tienen una enorme capacidad de filtración: son capaces de filtrar más de 100 litros de agua al cabo del día y retener el 90% de los microrganismos presentes. Este proceso, aunque esencial para su alimentación, aumenta los riesgos para la seguridad alimentaria. Durante la filtración los moluscos bivalvos pueden acumular gran cantidad de patógenos como bacterias (E. coli), virus, toxinas de algas, metales pesados o contaminantes perfluorados (los famosos PFAS), entre otros.
Antes de ser comercializados, los moluscos pasan por un proceso de depuración para reducir la carga de microorganismos. Este consiste en hacer circular agua marina filtrada durante 24 a 48 hora. Durante el proceso se realizan controles para garantizar los resultados y cumplir con los estrictos requisitos que establece la normativa para su comercialización.
¿Cómo puedo saber si un molusco ha sido depurado? Para un consumo seguro, es fundamental verificar la etiqueta del producto, que debe incluir los siguientes datos: denominación del producto, contenido neto, fecha de envasado, con la indicación de que el producto debe estar vivo en el momento de la venta, si los animales han sido depurados, nombre de la empresa y registro sanitario, lote, país de origen.
Para prevenir riegos, se recomienda adquirir moluscos únicamente en canales oficiales, evitando la compra en puestos ambulantes o la recolección personal en playas. Además, es esencial que los moluscos estén vivos al comprarlos: sus conchas deben estar cerradas o cerrarse al presionarlas.
En casa, deben almacenarse en bolsas isotérmicas para mantener la cadena de frío, consumirse lo antes posible y cocinarse adecuadamente. La cocción a 70 ºC durante al menos 2 minutos es clave para eliminar bacterias como E. coli. Asimismo, se debe desechar cualquier pieza que permanezca cerrada tras la cocción o presente signos de deterioro
Escherichia coli (E. coli) es una bacteria que forma parte de la flora intestinal normal de los seres humanos y animales. La mayoría de las cepas de E. coli son inofensivas e incluso benefician la salud, ayudando en procesos digestivos. Sin embargo, algunas cepas patógenas pueden causar enfermedades graves en los seres humanos.
Los síntomas de una infección por E. coli pueden variar, pero los más comunes incluyen: dolor abdominal severo, diarrea, nauseas, vómitos, fiebre leve, fatiga y malestar general. La infección por E. coli puede llevar a complicaciones graves, como el síndrome urémico hemolítico (SUH), que puede causar insuficiencia renal, anemia y daños en otros órganos. Este síndrome es particularmente peligroso en niños pequeños y personas mayores.