El cineasta francés Christophe Ruggia, acusado de agredir sexualmente a la actriz Adèle Haenel cuando tenía 12 años, ha negado este lunes los cargos en el comienzo de su juicio en París. En la vista, celebrada cinco años después de que sus acusaciones encendieran el movimiento #MeToo de Francia, Haenel ha respondido: «Usted es un gran mentiroso, señor Ruggia, y lo sabe muy bien». En concreto, el director está acusado de agredir sexualmente a la actriz de 'Retrato de una mujer en llamas' a principios de la década de 2000, cuando ella tenía entre 12 y 14 años y él rondaba los 30. Haenel, ahora de 35 años y retirada del cine, fue la primera actriz destacada en acusar a la industria cinematográfica francesa de hacer la vista gorda ante los abusos sexuales. «Tenía que haber un #MeToo francés y me cayó encima», se ha dirigido al tribunal Ruggia, de 59 años, exlíder del sindicato de directores, que ha calificado las acusaciones de «puras mentiras». Ruggia se enfrenta a una pena de hasta 10 años de prisión y una multa de 150.000 euros (159.000 dólares) si es declarado culpable. En 2019, Haenel hizo públicas las agresiones, sorprendiendo a la industria cinematográfica francesa, que había tardado más que Hollywood en reaccionar al movimiento #MeToo. El francés dirigió a Haenel en la película 'Los demonios', de 2002, una historia de una relación incestuosa entre un niño y su hermana autista. Fue su primer papel cinematográfico. La película contiene escenas de sexo entre los menores y primeros planos del cuerpo desnudo de Haenel. Según las investigaciones, miembros del equipo de rodaje, hablaron de su «inquietud» por el comportamiento de Ruggia en el set. Entre 2001 y 2004, la adolescente iba a ver Ruggia casi todos los sábados. Haenel ha explicado al tribunal que el director le acariciaba los muslos y le tocaba los genitales y el pecho . Para «actuar como si fuera normal, como si nada pasara», «intercalaba» palabras entre sus gestos, ha testificado. «Y yo me tensaba, me acurrucaba en un rincón del sofá», ha continuado. «Cuando pensaba que me resistía demasiado, me miraba y seguía». Posteriormente, antes de llevarla de vuelta con sus padres , le daba un 'snack': galletas y un zumo. En la versión de Ruggia, fue la propia Haenel la que «pidió ir» a su casa. Según ha afirmado, los dos «hablaban de cine, charlaban, la mayor parte del tiempo». «Pasábamos una hora o una hora y media delante de las estanterías de DVD», ha añadido. Ruggia ha expresado que Haenel «ha reconstruido los hechos, puede haber reinterpretado» las interacciones como sexuales. Cuando el juez le ha preguntado por qué la actriz le guardaba rencor , el director ha sugerido que se había «radicalizado». «Miren lo que ha estado haciendo durante los últimos cinco años. Empezó conmigo, luego en los (premios) César con Polanski», hasta llegar a decir que «todos los ministros del gobierno son violadores», ha añadido. En 2020, Haenel abandonó la ceremonia de entrega de los premios César de la industria en protesta por un premio otorgado al veterano director Roman Polanski. Aunque Ruggia ha negado haber sido «atraído sexualmente» por Haenel cuando era niña, ha reiterado que tenía una «sensualidad abrumadora» a los 12 años, durante el rodaje de la película, «y todavía la tiene hoy». La defensa del director ha optado por no interrogar a Haenel. El juicio se reanuda este martes. En la sesión del lunes, unas 50 personas, en su mayoría mujeres, se reunieron frente al tribunal antes de la audiencia gritando: «Adèle, te creemos». Llevaban pancartas con lemas como: «Adèle, no estás sola». La actriz, ganadora de dos César –el equivalente francés de un Oscar– abandonó la industria el año pasado por lo que llamó su complacencia hacia los depredadores sexuales. La leyenda del cine Gerard Depardieu, de 75 años, será juzgado en marzo acusado de agredir sexualmente a dos mujeres. Él niega las acusaciones. Por otro lado, la actriz Judith Godreche expresó este año que dos directores franceses, Benoit Jacquot y Jacques Doillon, habían abusado sexualmente de ella cuando era una adolescente. Ambos niegan los cargos.