Junts ha presentado en el Congreso una proposición para que Pedro Sánchez se someta a una moción de confianza , procedimiento cuya activación es privativa del presidente del Gobierno y de la que sólo existen dos precedentes, en tiempos de Suárez y González. La cuestión –por mucho que Puigdemont haya querido hacerla coincidir con el primer aniversario de la entrega de sus votos para investir al candidato que llegó en segundo lugar el 23-J– no es más que una manera alambicada de revalorizar su capacidad de extorsión. Si Junts quiere acabar con el Gobierno puede acordar una moción de censura con la oposición, pero, sobre todo, tiene la posibilidad inmediata de rechazar directamente los Presupuestos de Sánchez, cuestión que depende de los siete votos de Junts y que forzaría al jefe de Ejecutivo a adelantar las elecciones, como ya hizo en 2019 ante el rechazo de ERC. Puigdemont quiere enredar e implicar al PP y a Vox en una estrategia en la que el único beneficiado es él .