Rebeldes sirios dijeron haber encontrado el lunes unos 40 cuerpos con señales de tortura en la morgue de un hospital cerca de Damasco, insertados en bolsas para cadáver con números y algunas con nombres. «Abrí la puerta de la morgue con mis manos, fue una imagen espantosa: había unos 40 cadáveres apilados con horribles signos de tortura«, declaró a AFP por teléfono desde Damasco el combatiente Mohamed al Hajj, de una facción rebelde del sur de Siria. La AFP observó decenas de fotos y videos que Hajj asegura haber tomado él mismo que muestran cuerpos con señales evidentes de tortura: ojos y dientes arrancados, sangre salpicada y hematomas. Las imágenes tomadas en el Hospital Harasta también muestran unos huesos envueltos en tela y un cuerpo en descomposición del cual se asoman unas costillas por la piel. Los cuerpos fueron metidos en bolsas plásticas o envueltos en tela blanca, a veces con manchas de sangre. Los cuerpos tenían trozos de tela o cinta adhesiva con números y a veces nombres. Algunas personas parecían haber muerto recientemente. Rebeldes liderados por islamistas tomaron el poder el domingo tras derrocar al presidente Bashar Al Assad, cuya familia gobernó Siria con puño de hierro por más de cinco décadas. El sistema de gobierno que Assad heredó de su padre, Hafez, se basa en un brutal complejo de prisiones y centros de detención utilizados para eliminar a los disidentes. Hajj dijo que los combatientes recibieron información de un trabajador del hospital sobre los cuerpos, y que posteriormente informaron al comando militar de lo que encontraron. También coordinaron con la Media Luna Roja de Siria, «que transportó los cuerpos al hospital de Damasco para que las familias puedan llegar a identificarlos». Diab Serriya, cofundador de la Asociación de Detenidos y Desaparecidos de la Prisión de Saydnaya (ADMSP) dijo a AFP que los cuerpos podrían ser presos de esa cárcel. «Los cuerpos eran enviados (al hospital) desde Saydnaya o del Hospital Tishrin, y de Harasta eran transferidos a fosas comunes», agregó. Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, al menos 60.000 personas han muerto bajo tortura o por las deplorables condiciones en los centros de detención de Asad.