El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
Nuestra Señora de Loreto, conocida también como la Virgen de Loreto, está vinculada con una de las advocaciones más veneradas de la Virgen María en el catolicismo. La tradición sostiene que la Santa Casa de Nazaret, donde María recibió la anunciación del ángel Gabriel, fue trasladada milagrosamente a Loreto, Italia, en 1294. Este hecho marcó el inicio de una devoción popular que se extendería por siglos, convirtiendo a Loreto en un centro de peregrinación. La historia y milagros asociados a esta advocación han sido aprobados y promovidos por diferentes pontífices a lo largo de la historia.
Aunque la advocación de Nuestra Señora de Loreto no corresponde a una figura histórica que haya sido canonizada en el sentido tradicional, su reconocimiento como patrona de los aviadores y viajeros aéreos por el Papa Benedicto XV en 1920 subraya su importancia dentro de la Iglesia. Su legado incluye una profunda influencia en la espiritualidad y el arte, con numerosas capillas y representaciones artísticas en su honor. Además, el rezo de la "Letanía Lauretana" es una práctica común entre los fieles católicos, consolidando su lugar en la oración devocional.
En un sentido simbólico, el "exilio" de Nuestra Señora de Loreto podría interpretarse como el traslado de la Santa Casa desde Tierra Santa a Europa, un acto que para los creyentes fue guiado por intervención divina. Este evento refleja una narrativa de protección y preservación de los lugares santos ante las amenazas de invasiones y conflictos en el Medio Oriente. La "muerte" en este contexto puede aludir al fin de la transmisión física de los espacios sagrados, que ahora viven en la memoria espiritual y la devoción perpetua de los fieles.
En conjunto, Nuestra Señora de Loreto representa un puente entre lo terrenal y lo celestial, una figura de intercesión y protección que trasciende el tiempo y el espacio.