Desde muchos sectores del fútbol se habla de la Segunda División 2024/25 como la mejor de la historia. Eso es subjetivo, porque si echamos la vista atrás ha habido otros años con grandísimo equipos en la categoría de plata y sería difícil establecer una temporada que destaque sobremanera por encima del resto.
Pero de lo que no hay duda es de que está siendo una trituradora para los entrenadores. El último en caer fue Paco López, técnico del Cádiz, que hoy ha presentado a Gaizka Garitano como sustituto. El cuadro amarillo, recién descendido de LaLiga EA Sports, ha entrado en zona de descenso este mismo domingo tras perder en Elche.
Así que este año ya son seis -siete, si se cunta a Michu que hizo de interino en el Burgos- los técnicos que no llegan a la Navidad al frente del banquillo en el que empezaron. El primero en caer fue Óscar Caro en el Tenerife, a mediados de septiembre. Sin embargo, la situación de los canarios con Pepe Mel no es mucho mejor. El equipo es penúltimo a ocho puntos de la salvación. Guillermo Abascal (Granada), Bolo (Burgos), Abelardo (Cartagena) y Imanol Idiakez (Deportivo de La Coruña) han sido los otros que se han visto fuera del banquillo.
Si se mira con un poco de perspectiva, lo cierto es que está siendo un año más o menos dentro de la media. El año pasado a estas alturas se había cambiado el mismo número de entrenadores en la categoría. Y el récord más reciente está en la 2022/23, cuando hasta 11 técnicos fueron relegados de su puesto antes del parón navideño. Quedan todavía tres jornadas antes de que el fútbol se detenga para pasar las fiestas. Veremos si no cae alguno que ya está en la cuerda floja.
