Si en la primera parte de la temporada, los aficionados del Metropolitano se quedaban con la miel en los labios por la falta de fútbol sobre el campo, en esta jornada se desquitaron viendo el mejor partido en lo que va de Liga. Un partido de los que hacen afición, con ritmo, ocasiones y goles, desde el primer minuto hasta el último, y que se llevó el Atlético de Madrid merecidamente, siendo superior al Sevilla en todas las facetas del juego salvo en la efectividad, que cerca estuvo de costarle a los locales una factura demasiado alta.
Sin saber cómo, después de estar haciendo casi todo bien, los de Simeone se vieron 1-3 abajo en el marcador ante un equipo serio y cargado de moral por el resultado, pero la artillería con la que cuentan los colchoneros y la fe en la victoria, hicieron que los tres puntos se quedaran en casa. Los colchoneros siguen en racha de victorias y, más importante aún, mejorando sus sensaciones de juego. El Cholo parece ahora confiar en dos laterales ofensivos, una defensa de cuatro sin Witsel, que permite al equipo situar las líneas más arriba, un Pablo Barrios con galones y Julián Álvarez arriba y no tirado a una banda, donde se aleja demasiado de la portería rival. Todas estas decisiones del entrenador han mejorado al equipo y aunque llegan tarde, gracias a los pinchazos del Barca, al menos llegan a tiempo.
La Liga vuelve a ser cosa de tres y parece que Simeone ha dado con la tecla. Es verdad que el calendario reciente ha sonreído al Atleti, pero el equipo está dando argumentos suficientes para comprobar por dónde va el camino correcto para sacar rendimiento a esta plantilla. Solo con no perder ese punto de ambición, independientemente de la calidad y el nivel del rival, sin caer en el conformismo de equipo pequeño, este grupo tiene posibilidades de pelear con cualquiera y forzar a que, quien quiera ganarle el título, tenga que sudar sangre.