La última Luna Llena del año, conocida como “Luna Fría”, se producirá el 15 de diciembre de 2024. Este fenómeno astronómico coincide con el inicio del invierno en el hemisferio norte, cuando las temperaturas suelen descender. A pesar de que la ciencia moderna no respalda las creencias sobre la influencia de la luna en el comportamiento humano, su observación sigue siendo un tema de interés.
Las fases lunares, que incluyen la Luna Nueva, Cuarto Creciente, Luna Llena y Cuarto Menguante, han fascinado a la humanidad desde tiempos antiguos. En este artículo, exploraremos las fases de la luna del 9 al 15 de diciembre y cómo disfrutar de la última Luna Llena del año.
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De acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), la semana del 9 al 15 de diciembre presenta varias fases lunares significativas. El lunes 9 de diciembre, la luna estará en la fase de Cuarto Creciente, visible como una mitad iluminada desde la Tierra. A partir del 10 de diciembre, comenzará la fase de “creciente casi llena”, que se extenderá hasta el sábado 14 de diciembre.
Finalmente, el 15 de diciembre, la Luna alcanzará su fase llena, iluminando completamente su superficie visible. Este evento astronómico se produce cuando la Tierra se sitúa entre el sol y la luna, permitiendo que toda la cara visible del satélite brille intensamente en el cielo nocturno.
La última Luna Llena del año recibe el nombre de “Luna Fría” debido a su coincidencia con las bajas temperaturas que caracterizan el inicio del invierno en el hemisferio norte. Esta denominación proviene de las comunidades indígenas de América del Norte, que basaban su calendario en las fases lunares. Aunque este fenómeno no coincide con las festividades de Navidad o Año Nuevo, su belleza sigue siendo un espectáculo digno de admirar.
La NASA ofrece diversas recomendaciones para disfrutar de la luna, independientemente de las condiciones climáticas. Una de las formas más sencillas es simplemente mirar hacia el cielo, ya que la luna es el objeto más brillante durante la noche y también visible durante el día. Sin embargo, la presencia de nubes puede dificultar esta observación.
Para quienes buscan una experiencia más detallada, el uso de telescopios o binoculares es altamente recomendable. Estos instrumentos permiten observar características específicas de la superficie lunar, como cráteres y montañas, especialmente en la línea que divide el día y la noche en la luna.
