La región de Arequipa, en el sur de Perú, se prepara para convertirse en el epicentro de un cambio histórico en el sector energético de Latinoamérica. La construcción de la planta de hidrógeno verde más grande de Sudamérica promete revolucionar el panorama de las energías renovables, consolidando al país como un referente en esta área estratégica. Este megaproyecto cuenta con la atención de Estados Unidos, que ha visto en esta iniciativa una oportunidad para reforzar su presencia en la región y competir con la influencia de China.
El hidrógeno verde, considerado el combustible del futuro, es esencial para cumplir con los compromisos globales de reducción de los combustibles fósiles. La planta será clave no solo para el desarrollo de la región, sino también para posicionar al país como un actor relevante en el mercado de energías renovables.
El proyecto de la planta de hidrógeno verde en Arequipa es, sin duda, una de las iniciativas más ambiciosas de Perú. Este complejo de energía renovable busca generar hidrógeno a partir de fuentes sostenibles como la energía solar y eólica, sin emisiones de dióxido de carbono.
Esta iniciativa se construirá en un terreno adyacente al Grupo Aéreo N.º 4 de La Joya, en un área de aproximadamente 4.000 hectáreas, con inversionistas internacionales mediante la modalidad de proyectos en activos. La edificación, que costará aproximadamente US$2500 millones, cuenta con el interés de los Estados Unidos, aunque es principalmente encabezado por la compañía sudafricana Phelan Green Energy.
El terreno, propiedad del Ministerio de Defensa, será transferido mediante una permuta gestionada por el gobernador Rohel Sánchez para permitir la construcción de la planta. A cambio, el Gobierno Regional de Arequipa entregará 4.500 hectáreas cercanas a la zona de Corío, en Islay, destinadas al desarrollo del Megapuerto de las Américas.
El premier Gustavo Adrianzen informó en julio de este año que los empresarios destinarán una inversión de US$2.300 millones para llevar a cabo el proyecto, que estará dividido en tres etapas. Además, señaló que la planta de hidrógeno verde producirá cerca de 180 megavatios de energía limpia, gracias a la instalación de aproximadamente 3 millones de paneles solares.
El impacto del proyecto trasciende lo ambiental. La planta de hidrógeno verde de Arequipa, que tiene previsto iniciar su construcción en julio de 2025, traerá múltiples beneficios para Perú, desde la generación de empleo local hasta el desarrollo de capacidades tecnológicas avanzadas. Se espera que su desarrollo impulse significativamente la economía regional y refuerce la posición del país en los mercados internacionales de energía renovable.
Según el gobernador regional de Arequipa, Rohel Sánchez Sánchez, el megaproyecto prevé la construcción de la planta de hidrógeno verde más grande de todo Sudamérica.
En términos ambientales, el hidrógeno verde es una solución sostenible que podría reemplazar combustibles fósiles en sectores como la industria pesada y el transporte. Esto permitirá a Perú reducir su huella de carbono, cumpliendo con los objetivos climáticos globales de la agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Además de la Planta de Hidrógeno Verde, Estados Unidos está interesado en otros megaproyectos claves en Perú. Entre ellos destaca el puerto de Corío, también ubicado en Arequipa, diseñado para convertirse en uno de los principales centros logísticos del continente. Este puerto está destinado a competir con el Megapuerto de Chancay, una obra financiada por China.
Asimismo, iniciativas agrícolas, como el Proyecto Integral Majes Siguas II, y de minería sostenible, como el Parque Industrial Minero Pampa de Cápac, son áreas que han captado la atención de los norteamericanos.