El aire acondicionado se convirtió en un aliado fundamental en la casa, ya que permite enfriar el hogar en cuestión de minutos. Con el verano a tan solo unas semanas, muchas personas comienzan a darle más uso, lo que puede generar aumentos no deseados en las tarifas de luz.
Existe una función del electrodoméstico que muy pocos usan que hace más eficiente la función del aparato y mejora la capacidad de regular la temperatura.
Al momento de querer bajar las temperaturas del hogar, muchas personas solo prenden el aire acondicionado. Sin embargo, existe una función avanzada que combina la eficiencia energética con la comodidad del frío.
Se trata de la función de recirculación, en donde el electrodoméstico toma aire del interior y lo pasa por su sistema de refrigeración. Luego, cuando llegue a la temperatura deseada, lo vuelve a expulsar.
En este modo se cierra el conducto por el que ingresa el aire caliente del exterior y aprovecha el viento frío que está dentro del ambiente.
Esta función puede hacer más eficiente el uso de energía, ya que el equipo no tiene la necesidad de enfriar aire del exterior, el cual que suele estar a una temperatura más elevada.
En la misma línea, puede ayudar a reducir el ingreso de contaminantes. Al cerrar el conducto hacia el exterior, evita la entrada de polvo, humo, polen, entre otros.
Cabe resaltar que si se activa esta función se debe asegurar un flujo de ventilación, ya que el dióxido de carbono puede generar sensaciones de fatiga.
Al momento de pensar en la temperatura del aire acondicionado es importante tratar de encontrar una que combina eficiencia y comodidad.
Es ideal tenerlo entre los 24 y 26 grados para garantizar un consumo responsable. Por debajo del mínimo el compresor deberá trabajar a una intensidad mayor, lo que se puede traducir en boletas de luz elevadas.
Por encima del límite puede ser incómodo y fatigante para gran parte de las personas.