Un grupo de investigadores descubrió una pirámide durante las obras de ampliación de la ruta federal 105, dentro del municipio de San Agustín Metzquititlán, en Hidalgo, México.
Este hallazgo fue confirmado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y ofrece una visión única sobre los antiguos asentamientos humanos en la Sierra Alta de Hidalgo.
Durante los trabajos en la zona, se lograron recuperar más de 150 muestras antiguas de cerámica, artefactos líticos, materiales como carbón y madera carbonizada.
Estas serán estudiadas para poder obtener datos y mejorar el conocimiento sobre la vida en la Barranca de Metztitlán, cuyos primeros asentamientos se remontan a 14,000 años atrás.
El sitio arqueológico, denominado "San Miguel", consta de cinco sectores y al menos diez montículos que datan de los períodos Epiclásico y Posclásico Tardío.
Según el INAH, estas estructuras se asocian con el señorío metzca, una cultura que habitó esta región hasta el siglo XVI.
Los expertos decidieron enterrar de nuevo la pirámide para poder conservarla y protegerla de las amenazas exteriores. Para ello construyeron un muro de 43 metros de largo y 11,7 metros de alto. Este muro ayuda a estabilizar la estructura y asegurar su preservación a largo plazo.
Aunque el hallazgo es de gran relevancia, el lugar no estará abierto al público. Esta decisión busca garantizar la protección del patrimonio arqueológico para evitar vandalismos y preservar la pirámide.
Este hallazgo no solo confirma la riqueza arqueológica de la región, sino que también proporciona información valiosa sobre los asentamientos prehispánicos en México.