Kiryu e Ichiban compartieron protagonismo en la gigantesca aventura que nos llevó a Hawái, el Like a Dragon/Yakuza más amplio de la saga.
Like a Dragon fue algo más que un experimento para la veterana saga
Yakuza:
el rol por turnos ha llegado para quedarse. No es que sea un problema para el fan de los
brawlers porque
Ryu Ga Gotoku Studio sabe alternar
spin-off de acción -o la saga
Judgment- con los
JRPG, así que este es uno de los casos donde la editora tiene para todos los gustos.
Like a Dragon: Infinite Wealth se estrenó en enero y no defraudó.
Profundizó en el sistema de combate para hacerlo más estratégico e interesante, con más libertad de movimientos y otras mejoras que dejan a su predecesor -en cuanto a
gameplay- como un mero prototipo. No obstante, uno de los grandes reclamos estaba en enorme mapa del juego, la incorporación más grande hecha a la saga, y por primera vez fuera de Japón.
¡Aloha!
Infinite Wealth nos lleva a Hawái, un importante cambio respecto a las calles niponas y sus característicos rascacielos. El mapa es amplio y está lleno de actividades para perder el tiempo si dejamos a un lado la historia principal, que
recupera a Kiryu y esta vez comparte protagonismo con Ichiban. El viejo yakuza nos da los momentos más nostálgicos del juego, y es que esta es una entrega que "tocará la patata" a todos los que han seguido las aventuras de Kiryu durante los últimos 20 años.
Quizás este volumen de contenido sea, para algunos jugadores, uno de los pocos puntos negros de la entrega. Y es que supera ampliamente la duración del resto de los
Yakuza y del anterior
Like a Dragon, lo que puede tener pequeños efectos negativos en el ritmo de su trama. Es un juego para disfrutar con calma, sin prisas por ver la conclusión final, donde puedes
invertir decenas de horas con su juego de gestión de una pequeña isla o su parodia de Pokémon, además de la habitual larga ristra de minijuegos e historias curiosas.
Por lo demás,
Like a Dragon: Infinite Wealth expandió lo mejor de
Like a Dragon y corrigió algunos de los defectos de aquel, como los molestos picos de dificultad en ciertos momentos -aunque sigue forzando al
grindeo-, amplió el número de secundarios con nuevas incorporaciones a los que conocer con su sistema de afinidad a lo
Persona, añadió algún nuevo efecto al motor Dragon Engine -un clima dinámico- y es, por méritos propios, uno de los destacados del año.
2024 ha sido muy bueno para el aficionado al rol en general y al nipón en concreto.
Por supuesto, la historia continúa. En breve nos llegará
Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, una continuación de
Infinite Wealth que aprovechará el último mapa de la saga, pero de nuevo volverá a contentar a los fans de la acción. Aunque quizás no tenga un gran peso para la trama principal -esta vez el protagonista es Majima-, este
spin-off será
una buena disculpa para volver a las soleadas playas de Hawái en espera del próximo y ambicioso
Like a Dragon con Ichiban.