El nombre de Víctor de Aldama aparece en los medios de comunicación vinculado a tramas de corrupción desde que en febrero de 2024 fue detenido Koldo García, ex asesor del ex ministro de Transportes José Luis Ábalos.
Entonces, se le identificó sobre todo por ser presidente del Zamora Club de Fútbol. Fue uno de los detenidos por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, por orden del magistrado de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, que investigaba una red de pago de comisiones a cambio de adjudicaciones de compra de mascarillas durante la pandemia del coronavirus.
Algunos detalles fijaron la atención pública sobre Víctor de Aldama, como el hecho de que trascendiera que conducía vehículos deportivos de lujo, como un Ferrari F12 y otro modelo Portofino.
Aldama era uno más de la trama, hasta que hace unas semanas pidió declarar de forma voluntaria ante el magistrado instructor del ‘caso Delorme’ o ‘caso Koldo’. Ante el juez, el presunto conseguidor “tiró de la manta”: declaró que había entregado sobres con 250.000 euros a Ábalos, 100.000 a Koldo García y 25.000 a Santos Cerdán; explicó su versión sobre la foto con Pedro Sánchez en un mitin del PSOE; habló sobre Begoña Gómez, y contó reuniones con ministros socialistas.
Sus afirmaciones convulsionaron al PSOE en los días previos a su congreso federal, y forzaron a los ministros y dirigentes socialistas señalados a negarlo todo, desacreditar a Aldama, y a anunciar acciones judiciales en defensa de su honor y buena imagen.
Tras esa declaración, Víctor de Aldama, que llevaba semanas en prisión provisional, no por el ‘caso Koldo’, sino por la investigación sobre un presunto fraude con hidrocarburos, quedó en libertad.
Su declaración ante el juez, y el goteo de revelaciones que han publicado los medios de comunicación (la medalla de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, sus cacerías con miembros de la CIA y del FBI...), han provocado que el rostro de Aldama se haya repetido en periódicos y televisiones.
El Chivato ha podido saber que esa notoriedad se ha trasladado a las calles. Aldama se ha convertido en una persona conocida, y algunas personas que le reconocen le paran para hablar con él.
Una escena así ocurrió hace unos días en una calle de Madrid. Aldama se encontraba charlando con algunos conocidos, cuando un joven se acercó a él, y en un tono de broma, le hizo con comentario para felicitarle, según vieron algunos testigos, por haber “tirado de la manta”. El empresario respondió sonriendo y dándole las gracias.
Alguna otra persona que le saludó le hizo algunas preguntas sobre su situación personal tras salir de la cárcel. Aldama prefirió callar: justificó que, al estar investigado por la justicia, debe permanecer en silencio. Por eso ha nombrado un portavoz, que se encargue de atender a los medios de comunicación que buscan hablar con él.
