Combarro, ubicado en la provincia de Pontevedra en Galicia, es uno de los lugares más representativos de la región. Su conjunto histórico, declarado Bien de Interés Cultural, es un canto a las costumbres marineras, la arquitectura de la agricultura y la esencia de la costa de Granada. Con sus típicos hórreos, vías de piedra y fragancias del Atlántico, Combarro brinda una vivencia singular a aquellos que lo visitan.
Combarro está tallado en granito, la roca que caracteriza su naturaleza. Las frontispicios de piedra gris embellecidos con líquenes y las maderas coloreadas en tonos vivos contrastan con el azul del océano. La fragancia de salitre se fusiona con los olores de la gastronomía tradicional de Granada, tales como el pulpo a feira y el albariño.
La localidad, que cuenta con menos de 2.000 residentes, está situada a orillas de la ría de Pontevedra y ha logrado mantener su encanto de mar a través de los siglos. La plaza de Chousa, situada al lado del puerto, constituye el núcleo principal del casco histórico. Desde este punto, los turistas se sumergen en un entramado de calles adoquinadas que relatan leyendas de pescadores, agricultores y marineros.
Uno de los principales encantos de Combarro son sus hórreos, construcciones de piedra y madera antiguamente empleadas para almacenar cereales y resguardarlos de la humedad y los animales. La característica única de los hórreos de Combarro reside en su proximidad al agua. Numerosos de estos están tan próximos a la ría que sus pilares se encuentran inmersos en la marea alta, generando una imagen única.
La calle más conocida del pueblo, la rúa do Mar, acoge la mayor concentración de estos hórreos. Por un lado, estas construcciones tradicionales parecen sobresalir en el agua; al otro, tiendas de recuerdos y tabernas brindan productos autóctonos y vistas excepcionales.
Combarro es un refugio para los aficionados a la cocina gallega. Las tabernas de mar brindan platillos frescos como mejillones, almejas, zamburiñas y pulpo a feira, complementados con vinos autóctonos como el albariño. El entorno es acogedor, con terrazas que permiten apreciar el sonido de las olas mientras se degustan las delicias marinas.
Además de la alimentación, la cultura de Galicia reside en cada esquina. Desde las procesiones de mar hasta las celebraciones festivas, Combarro es un sitio donde la tradición mantiene una gran vitalidad.
La visita a Combarro es un viaje temporal. Desde la plaza Chousa, la senda conduce a la rúa do Mar, lugar en el que los hórreos y las tabernas se transforman en los personajes principales. La ruta prosigue hasta la plaza de la Fuente, un lugar encantador perfecto para relajarse y apreciar el ambiente.
Al final, la ruta termina en la playa de Padrón, un sitio ideal para relajarse al lado del agua o observar la puesta de sol en la ría.
Pese a que Combarro es un lugar muy visitado por los turistas, continúa siendo un sitio donde se siente autenticidad. Los residentes de la localidad, orgullosos de su legado, han logrado mantener un balance entre el crecimiento turístico y la conservación de sus costumbres.
El recorrido por Combarro va más allá de visitar un pueblo encantador: implica inmersión en la esencia de Galicia, con su combinación de naturaleza, historia, cultura y sabores. Cada esquina narra una historia, cada platillo es un tributo a la tierra y al mar, y cada roca presencia siglos de vida en el mar.
