El presidente Javier Milei cerró el CPAC Argentina, foro de ultraderecha que se llevó a cabo en el Hotel Hilton de Buenos Aires. En su discurso, habló sobre la importancia de la batalla cultural para la transformación de la economía y la política: "Estamos ante una oportunidad para cambiar el mundo. Pero no alcanza solo con eso, hace falta dar la batalla cultural". Minutos antes de disertar, rompió el silencio y se deslindó del escándalo con el senador aliado Edgardo Kueider: "Es un tema del kirchnerismo".
Junto al jefe de Estado estuvieron presentes gran parte de su cúpula política. En primera fila se sentaron la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el vocero presidencial, Manuel Adorni; el ministro de Economía, Luis Caputo; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el diputado nacional José Luis Espert, entre otros.
Ante un público de seguidores de derecha conservadora, el Presidente los alentó a su base militante a continuar con la batalla cultural porque "no importa cuán bien gestionemos si es que no se hace". En ese sentido, la calificó de determinante para performar mejor en las elecciones, "ganarles a los zurdos" y "al socialismo".
Milei confrontó directamente con lo que él llama "el Partido del Estado", en donde colocó a los dirigentes que militan las ideas "colectivistas" y no se posicionan con las consignas libertarias. "En La Libertad Avanza defendemos la vida, la libertad y la propiedad a rajatabla. Cualquiera que quiera defender estas ideas con nosotros será bienvenido. Las ideas no se negocian", agregó.
El Presidente adjudicó a esa praxis política la consecución de varios resultados a un año de haber asumido: marcó que su imagen es mejor en comparación a cuando asumió y que indicadores macroeconómicos como la inflación, la brecha cambiaria o el déficit son mejores respecto a su antecesor.
Por eso, el libertario presentó un decálogo de acción política, con los 10 puntos clave de cómo debe accionar la dirigencia y la militancia libertaria para enfrentar a otros sectores políticos y sociales.
Milei hizo un claro pedido a su base militante para endurecerse de cara al año electoral. "No se le puede levantar la bandera blanca a la izquierda. Prefieren que el país colapse antes que verlo mejor. Si tienen que cambiar el cielo por el infierno para llegar al poder, lo van a hacer. Por eso, no hay lugar para quienes piden lugar para el consenso. El fuego se combate con fuego. Si nos acusan de violentos, les comento que nosotros somos la reacción a más de 100 años de atropello", esgrimió Milei.
También le hizo un guiño a la agrupación de Las Fuerzas del Cielo al decir que luego de su discurso iría al programa La Misa, que conduce Daniel "el Gordo Dan" Parisini. Esto se produce en el medio de versiones de enfrentamiento entre los influencers y tuiteros libertarios con la juventud vinculada a Martín Menem y Sebastián Pareja.
Por otro lado, el Presidente no perdonó a ciertos actores políticos. Por un lado, dio diversas muestras de desprecio al sector "moderado" del PRO y la UCR y los acusó de ser funcional a la "izquierda criminal." En el plano internacional, castigó a los presidentes de Brasil, Colombia y España; Lula da Silva, Gustavo Petro y Pedro Sánchez, respectivamente; y advirtió que hay que frenar a los zurdos: "Que no nos entren por ningún lado".
No se salvó de las críticas Edgardo Kueider, el senador entrerriano que fue detenido el martes por la noche con más de u$s 210.000 en la frontera con Paraguay. El integrante del bloque Unidad Federal era un aliado de La Libertad Avanza en el Senado para impulsar ciertas medidas y era su candidato a la Bicameral de Inteligencia. Al entrar a la CPAC, el jefe de Estado se deslindó y se lo adjudicó a Unión por la Patria (su partido anterior): "Es un tema del kirchnerismo".