Con diez minutos de antelación, -quizá con intención de esquivar, sin éxito, a la prensa- el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz , - investigado en el Tribunal Supremo por supuesta revelación de secretos no ha hecho declaración alguna ni antes, ni durante ni tras el acto celebrado a las 18.00 horas en la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha, en Toledo. Todos buscaban sus palabras sobre el caso de la filtración de un correo electrónico del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador. Eso sí, con su perenne sonrisa, se ha limitado a mirar a los informadores que le asaltaban a preguntas y finalmente ha abandonado Toledo por una puerta aneja del inmueble sobre la que se ha apostado su vehículo oficial. Ni una palabra. García Ortiz ha gastado dos horas de su tiempo en Toledo para estar presente en un homenaje a los 46 años de vida de la Constitución, mientras que parece no encontrar hueco para acudir a la Comisión de Justicia del Senado a dar explicaciones sobre su actividad, al menos este año. Según ha sabido ABC, la conferencia se cerró la semana pasada con la actual delegada del Gobierno, Milagros Tolón , la también exalcaldesa de Toledo y flamante cargo de la nueva Ejecutiva Federal del PSOE tras el congreso de Sevilla. Junto a la presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo -la otra ponente del acto-, y en presencia del fiscal superior de la Fiscalía de Castilla-La Mancha, los fiscales jefe de Toledo y Albacete, además de otras autoridades civiles y militares, García Ortiz ha explicado aspectos jurídicos básicos de las funciones de un fiscal general del Estado , entre las que destaca «la defensa de los Derechos Fundamentales y libertades públicas», y también ha señalado en algún momento de su intervención que «se da por hecho que es autónomo del Gobierno al meterlo el legislador constitucional dentro del Poder Judicial «. A su vez, -ha proseguido- «el fiscal general del Estado es un órgano autónomo de los jueces, no queremos ser iguales que ellos, tenemos un rol diferente; ni somos ejecutivo, aunque tengamos algún lazo: a mí me nombra legítimamente el Gobierno, lo dice la Constitución «. García Ortiz ha llegado a decir en algún momento de su parlamento que «es complicado ser fiscal general». Por su parte, la presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo , tras expresar todo tipo de alabanzas sobre la Constitución, ha señalado que « este país necesita una conversación entre generaciones «, un diálogo pacífico que haga docencia sobre la importancia de la Carta Magna, y ha criticado la situación actual: » en estos tiempos no vale utilizar argumentos jurídicos de forma tan engañosa en el debate político «. En cuanto a lo que habría que reformar o incluir en el texto constitucional, el fiscal general del Estado ha citado el Derecho al Medio Ambiente, que «no está dentro de los Derechos Fundamentales», y Carmen Calvo ha abogado por sumar el lenguaje inclusivo. Y ha ido más allá: la presidenta del Consejo de Estado ha dicho que este país «tiene que afrontar el título VIII de la Constitución, que es farragoso, y vayamos al Estado Federal, que es un solo estado y tendría muchas ventajas; habría que afrontar la reforma federal del Título VIII«.