Fin de año puede ser sinónimo de caos y estrés. Sin embargo, Navidad es una de las fechas más esperadas del calendario. A medida que se acerca esta celebración, la emoción crece junto con las decoraciones en los hogares y los preparativos festivos.
Uno de los rituales más propios de esta temporada es el armado del árbol de Navidad en familia. A pesar de su significado especial, la razón por la que esta tradición se lleva a cabo el 8 de diciembre sigue siendo un misterio para muchos.
El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX proclamó el Dogma de la Inmaculada Concepción de María, que establece que la Virgen María fue concebida sin pecado original y, por lo tanto, estaba exenta de toda culpa.
La elección de esta fecha para armar el árbol de Navidad tiene un significado simbólico que proviene de diversas leyendas. Según una versión nórdica, los celtas celebraban el nacimiento de Frey, el dios del sol y la fertilidad, rindiéndole homenaje con un árbol cada 8 de diciembre. Con la llegada del cristianismo, esta festividad pasó a conmemorar el nacimiento de Jesús.
Antes de la llegada del cristianismo, en invierno, algunos países colgaban ramas de los árboles verdes en ventanas y puertas. En esa época, se creía que la vitalidad y pureza de la naturaleza ahuyentaba a fantasmas, brujas, espíritus malignos y enfermedades.
Según la Enciclopedia Britannica, la tradición de adornar árboles para la Navidad se remonta al siglo XVI en Alemania. Cada 24 de diciembre, el pueblo de este país celebraba "el árbol del paraíso" en conmemoración de Adán y Eva.
Inicialmente, el árbol se decoraba con hostias, las cuales simbolizaban el signo cristiano de la redención. Luego, estas fueron reemplazadas por galletas de varias formas y velas, que simbolizaban a Cristo como la luz del mundo.
A su vez, se utilizaba una "pirámide de Navidad", una estructura triangular de madera con estantes que sostenían figuras navideñas, velas, estrellas, y hojas de árboles.
Popularmente, la idea de colocar velas en el arbolito se le atribuye a Martín Lutero, el fundador del protestantismo. Se dice que se inspiró en el brillo de las estrellas que se asomaban detrás de las copas de los árboles en el camino hacia su casa.
En el siglo XVIII, la tradición ya se encontraba extendida entre los luteranos alemanes. Sin embargo, la difusión del árbol de Navidad se dio con la reina Victoria y el Príncipe Alberto. Una famosa fotografía de la familia real, tomada en 1844 alrededor de un árbol decorado, convirtió a la tradición en una tendencia mundial que, con los años, alcanzó la magnitud que tiene hoy en día.
Otro hito importante en la evolución de la tradición fue la introducción de luces eléctricas a finales del siglo XIX. En 1882, el electricista estadounidense Edward H. Johnson fue el primero en adornar un árbol con este tipo de luces.