Como un viajero en el tiempo, Juan Fernández-Miranda se ha colado en todos aquellos despachos de la Transición donde España se jugaba el futuro para traer al presente lo que solo algunos pocos protagonistas pudieron vivir. Y lo ha escrito, claro, porque ante todo es periodista. Lo ha titulado ' Objetivo: Democracia ' y le ha valido el premio Espasa de Ensayo. Ayer, en el Aula de Cultura de ABC , lo presentó en sociedad en un multitudinario acto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. «'Objetivo:Democracia' habla de unos años que creíamos conocer muy bien pero que o no nos acordábamos o no nos queríamos acordar», según expresó Carlos Aganzo, director de la Fundación Vocento, durante la charla que mantuvieron. «El 21 de noviembre de 1975, un día después de la muerte de Franco, DonJuan Carlos estaba solo. Iba a heredar el poder de Franco, pero estaba solo», comenzó Fernández-Miranda, adjunto al director de ABC, en un relato que hizo trepidante y en el que apenas dejó espacio para las preguntas. Porque lo que retrata el ensayo (que es en realidad una crónica) y lo que ayer revivió fueron los intensos años que van desde la muerte del dictador hasta las elecciones democráticas de 1977. Un «apasionante proceso» lleno de momentos oscuros, complejos, cargados de tensión, una maraña de fechas, momentos y versiones que Juan Fernández-Miranda consigue desentrañar de manera didáctica, minuciosa y, al final, amena. «La Transición no fue todo improvisación, como dicen algunos, hubo un guion», explicó el periodista. «Y hubo, sobre todo y lo primero, un jefe del Estado que tenía claro a dónde ir. El Rey Juan Carlos, en su mejor versión, esa versión que hay que reivindicar, puso a España a transitar hacia un destino llamado democracia liberal, llamado Monarquía parlamentaria.El Rey hizo muy bien en rodearse de gente muy bien preparada, diversa, de todos los colores, pero que sabían que el único destino era esa democracia. El Rey se supo rodear de gente mejor que él», relata Fernández-Miranda, que recuerda que en la época la concordia era «el valor fundamental», y por eso en la tumba de Adolfo Suárez todavía se puede leer 'La concordia fue posible'. Profundiza Fernández-Miranda en la metáfora de la estación de destino:«Si el Rey es quien marca la estación de término, quien construye las vías y la locomotora es Torcuato Fernández-Miranda. Y Suárez, si se me permite todavía más la metáfora, fue el maquinista. Suárez, con su carisma y su capacidad de seducción impresionante, y un arrojo y una audacia impresionante, se ganó a la clase política y a la ciudadanía. Ese triángulo virtuoso fue el que permitió que todo funcionase. Y fue exitoso, pero que todo funcionara fue un milagro», remató. El periodista puso en valor la figura de Don Juan Carlos. «El Rey viajó a EE.UU. y pronunció aquel discurso de estadista sobre la democracia en la cuna de la democracia. Se ganó al mundo. Porque en aquel momento, el Rey hizo su función, que era una suerte de jefe de Estado y de presidente de Gobierno. Lideró de una manera muy comprometida todo aquel movimiento», relató. «Hay que defender su legado, fue el político más importante del último medio siglo en España, que supo atraer a todos al centro, a la clase política y a los ciudadanos.Porque la Transición fue hecha por personas, y a ellas hay que reivindicarlas». Así, con 'Objetivo:Democracia', Juan Fernández-Miranda culmina su aproximación a los momentos fundacionales de la España moderna:'El guionista de la Transición' (2015); 'Don Juan frente a Franco' (2018) con Jesús García Calero, y en colaboración con Javier Chicote también publicó en 2021 'El jefe de los espías'.