Hace mucho que los partidos, sobre todo los dos grandes, envían argumentarios diarios a sus dirigentes para unificar las respuestas a los adversarios y a los medios. También los reciben, por cierto, periodistas considerados afines, algunos de los cuales los reproducen en las tertulias audiovisuales para descrédito de un oficio que en otro tiempo incluso era capaz de proponer ideas y medidas a los políticos. Pero ése es otro asunto. Estábamos en las consignas empaquetadas que reciben los portavoces con la ración cotidiana de doctrina facciosa, no vaya a ser que se salgan del carril y se les ocurra opinar con voz propia. Nada nuevo, salvo que ayer se filtró por error el documento remitido por el laboratorio de frases...
Ver Más